La bailarina,
ahora está danzando,
la danza del perder,
cuanto tenía.
Deja caer todo,
lo que ella había,
padres y hermanos,
huertos y campiñas,
el rumor de su río,
los caminos,
el cuento de su hogar,
su propio rostro
y su nombre,
y los juegos de su infancia,
como quien deja,
todo lo que tuvo,
caer de cuello
y de seno y de alma.
Gabriela Mistral.
Feliz descanso y mucho ánimo.