A mis amigos legaré,
cuando muera
mi devoción,
en un acorde de guitarra
y entre los versos olvidados,
de un poema,
mi pobre alma,
incorregible de bailarina.
Feliz tarde y mucho ánimo.
A mis amigos legaré,
cuando muera
mi devoción,
en un acorde de guitarra
y entre los versos olvidados,
de un poema,
mi pobre alma,
incorregible de bailarina.
Feliz tarde y mucho ánimo.