Danza sobre el viento lentamente,
con suaves movimientos.
Remolinea su silueta a contraluz,
penetrando las manos de aire;
buscando el espacio correcto
con un vaivén hipnotizante
que estremece la tierra.
Su caminar es eterno.
Su brillo deslumbra en cada vuelta,
su energía crece
y su efímera vida
se alza,
revolotea…
danzarina eterna,
por un día…
Feliz tarde y mucho ánimo.