Si este viejo aforismo latino fuese cierto, aquí no quedaba nadie entre los 18 y los 20 años. Realmente, es vergonzoso y todo se debe a las sucesivas políticas educativas de la malsana izquierda que está destrozando a nuestra juventud.
En más de una ocasión, quizás hasta la saciedad, nos están vendiendo que la actual generación es la más preparada de la historia. No dudo que lo sea en usar móviles, wasap, redes sociales y otras pijadas por el estilo, sin embargo, de lo demás no tienen los conocimientos elementales que se deberían exigir a cualquiera que tenga derecho a voto.
El otro día me remitieron un corto -ya me habían enviado algún otro con anterioridad- en el que un joven, acompañado de un mapa mudo, entrevista, en plena calle, a otros de edades comprendidas, al menos en apariencia, entre los 18 y los 20 años, realizándole a cada uno de ellos una serie de preguntas sobre geografía, geometría y otras ciencias.
No hablamos de cuestiones que exigen un alto grado de conocimientos para dar la respuesta adecuada, se trata de preguntas a nivel de los últimos cursos de la primaria que yo estudié y que, para toda esta gente, le suenan a chino mandarín y encima tienen la osadía de reírse de forma simplona y estulta cuando el entrevistador les revela que se han equivocado en la contestación.
Desde no saber lo que son los puntos cardinales ni el número de ellos hasta desconocer, en el colmo de la ignorancia, dónde está situada España, cualquier respuesta es posible escuchar de boca de estos estultos y estultas que, encima, presumen de que acaban de ingresar en la Universidad.
Para una de las entrevistadas los puntos cardinales son una parte del cuerpo humano; para otro, le suenan, pero no sabe lo que son. Otros creen que la tierra tarda entre 1 y 367 días en girar alrededor del sol. Pero hay más, una joven madrileña de origen peruano que ignora donde está ubicado su país, también desconoce donde se sitúa España, aduciendo no haber estudiado aquí, pese a haber nacido y vivir en la Capital de España, pese a todo, en un esfuerzo supremo, coloca a España en el sur de la China.
Otros, ignoran donde se sitúa Africa, al igual que desconocen dónde está Argentina o Brasil. Ni siquiera saben como se llama un triángulo de tres lados iguales y para algunos la capital de China es Buján. Para otros, Mongolia no existe, situando a Japón en el norte de la India y alguno asegura que el número pi tiene dos decimales.
En resumen, que no hay por donde cogerlos. Da pena escuchar estas respuestas a jóvenes que, en las próximas elecciones, pueden decidir el futuro de España y encima, el moncloita va y les premia con 400 e. para comprar videojuegos, cuando mejor sería que los empleasen para comprar un mapamundi y así, al menos, saber donde se sitúa la Nación en la que viven y de la que van a recibir ese premio en metálico por sus vastos conocimientos.
Este lamentable y triste panorama podría causar hilaridad de no ser porque es una realidad fácilmente contrastable que demuestra el grado de ignorancia supina de nuestra juventud que no sabe hacer ni siquiera una o con un canuto. ¡Penoso!
Pues todo esto se lo debemos a la lamentable política educativa propiciada, a lo largo de los años, por las leyes de la izquierda, especialmente del partido socialista, tan preocupado porque el alumnado pase de curso sin siquiera examinarse o con los suspensos que le dé la gana y que pone especial énfasis en que los jóvenes aprendan a masturbarse o a hacer una felación, aunque no sepan ni tan siquiera cual es la Capital de su país.
De todo ello, se infiera que lo que busca esa izquierda perversa -socialistas y podemitas- es una juventud desarmada de todo tipo de valores, fácilmente manejable y controlable de la que resulte sencillo obtener el voto.
Un ejemplo bueno del nivel mental y de la formación académica de nuestros jóvenes son esas ministras o lo que sea, un montón de descerebradas, de la “podemía” que promulgan leyes tan disparatadas como esas que permiten que hoy te levantes hombre y te acuestes mujer o las que ponen a los animales por encima del nivel de las personas. Lo grave es que semejantes dislates se aprueban con los aplausos de los lametraserillos de las bancadas de la izquierda.
Es necesario, a la mayor brevedad posible, tras desalojar a esta lacra izquierdosa de las Instituciones, sentar unas bases sólidas para formar de verdad a nuestra juventud y que no sean el hazmerreir del mundo entero.
En cualquier caso, si esta es la generación mejor formada, vaya mierda de generación.
Eugenio Fernádez Barallobre (ÑTV España)