VOX ha cerrado el acuerdo con Ramón Tamames, acercando posturas que dejan en evidencia al candidato popular. Convendría advertir que la moción de censura es una estrategia de hondo calado porque bien argumentada puede convertirse en un altavoz que retumbe sobre las calles abducidas por los medios de comunicación prostituidos desde La Moncloa, dejando además en evidencia la hipócrita tibieza de un Feijóo enmarañado por los cálculos electorales que conculcan los principios del Partido Popular, confundiendo a su electorado.

De la trayectoria criminal y encubierta del gobierno Frankenstein dan cuenta, paradójicamente, los tejemanejes para intervenir la Justicia y desactivarla en beneficio de la estafa socialcomunista; de la de Feijóo los bandazos ideológicos y la complicidad con el PSOE que, a traición contra sus potenciales votantes conservadores, ha permitido la entrega del Tribunal Constitucional y se ha conformado con la prevaricación manifestando estar de acuerdo con los plazos de la Ley del Aborto.

En su haber está la complacencia con la asfixia impositiva contra los autónomos y en general el giro a la izquierda, procurándose un ambiguo espacio de centro izquierda y una radicalización de posturas que seguramente incómoda a gran parte del electorado.

La moción de censura con el candidato a la presidencia Ramón Tamames no es un artificio cuyos efectos resultarán inocuos, sino un plan inteligente de contrastes que denunciará expresamente los múltiples indicios del delito que es mantener a Pedro Sánchez en la presidencia de una España arruinada y traicionada por el desgobierno de la coalición radical, al tiempo que aflorará el doble juego de Feijóo de quien cabe esperar afinidades con los socialcomunistas que en el día a día pasan inadvertidas, pero que serán rotundamente desveladas durante las exposiciones de unos y de otros.
La moción retratará en su verdadero espacio a cuantos se mueven al compás de intereses alejados de los que verdaderamente necesitan los ciudadanos. Es previsible que en el intento de desmarcarse de VOX, Feijóo cometa el error de mostrar las cartas que hasta ahora mantenía ocultas y se termine sabiendo a qué juega y con quien se la juega en las próximas citas electorales.
Cuanto más pretenda alejarse de las líneas críticas de VOX, más parecerá que conviene en los exabruptos de Pedro Sánchez y, con la errónea especulación de captar desencantados socialistas, añadirá votos a VOX de los desencantados a su vez del Partido Popular.
Porque con apuestas como la de Borja Sémper, partidario de negociaciones con Bildu, o las declaraciones de Cuca Gamarra más cercana al PSOE que al partido de Ortega Lara, los populares se arriesgan a la posibilidad de gobernar con VOX lejos de una autosuficiencia mayoría absoluta. Eso si no termina de traicionar al electorado antes de celebrarse elecciones, empecinado en que gobierne la lista más votada.
Así todo, será muy difícil que Feijóo mantenga la discreción y la apariencia equidistante con un candidato neutral que le obligará a posicionarse obligado por la moción de censura contra Sánchez.
Y a tenor de su errática e incoherente trayectoria desde que sucedió al fiasco Casado, Feijóo acabará pringado del socialcomunismo que inteligentemente VOX va a denunciar.

Categorizado en:

Política,

Última Actualización: 13/06/2024

Etiquetado en:

,