“Cuando la masa actúa por sí misma, lo hace sólo de una manera, porque no tiene otra: lincha”. La Rebelión de las Masas. José Ortega y Gasset.
Poco a poco la masa se va despertando a una dura realidad: nuestra clase gobernante no está formada por ineptos, sino por criminales.
Incluso el más inepto hubiera hecho las cosas de otro modo. No diré mejor, porque se han hecho estupendamente para el fin que se pretendía. Pero el más inepto hubiera logrado resolver las lluvias torrenciales de Valencia con muchísimos menos daños materiales y humanos.
La única explicación razonable para que todo se haya hecho como se ha hecho, consiste en aceptar la evidencia de que se trata de una banda criminal que ha decidido aumentar el número de muertos lo más posible. La sospecha es que ha venido “orden de arriba” para conseguir un número desorbitado de muertos y damnificados, para utilizarlos como coartada para futuras medidas restrictivas de nuestros derechos y libertades, en base a la farsa climática.
El más tonto hubiera avisado antes del desastre, porque si AEMET se “olvidó” de avisar, lo hicieron las autoridades francesas y las japonesas.
El más tonto hubiera movilizado de inmediato a toda la UME y no a un pequeñísima parte, que es lo que se hizo -para disimular-.
El más tonto hubiera movilizado al día siguiente a 50.000 militares de diversas unidades, con excavadoras, tiendas, cocinas y hospitales de campaña, y todo lo que hubiera a mano, de modo que en 24 horas los supervivientes hubieran sido socorridos y evacuados a lugar seguro.
En una semana (el tiempo que ya ha pasado) las calles estarían despejadas, se podría iniciar la reconstrucción y los damnificados estarían alojados en hoteles similares a los que alojan a los inmigrantes ilegales -e igualmente a pensión completa-, por el tiempo que fuera necesario.
Es decir, estando disponibles los medios (que los hay) y habiendo planes de contingencia para esta eventualidad (que los hay), incluso el más tonto habría actuado de otro modo.
Luego no es ineptitud, es un crimen.
Cuando una parte suficiente de la población, la masa que decía Ortega, llegue a esta evidente e inexorable conclusión, sólo tendrá una salida, porque no conoce otra. La que dijo Ortega.
Lo malo es que, muy probablemente, eso es lo que quieren los que mueven los hilos de las marionetas que nosotros creemos nuestros gobernantes. Porque con ello conseguirán lo que realmente quieren, que es un estado de excepción que nos someta a todos a control total.
Y el precio, las cabezas de un puñado de cabestros, es para ellos barato, porque en realidad los desprecian tanto como al resto de la población.
Resumiendo, ya pueden los irresponsables que han montado este tinglado, y los que lo han permitido, poner tierra por medio.
Pero mejor en Saturno, porque el planeta Tierra se les va a quedar pequeño.
Galo Dabouza (ÑTV España)