Palo al mono hasta que hable inglés. Es el slogan del PSOE, Cuando encuentra presa no la suelta. Y el error en los cribados del cáncer de mamá fue su tabla de salvación. María Jesús Montero no remontaba en las encuestas. Pero este error popular le permitió hacer de María Jesús Montero: “¡Están jugando con nuestras vidas!”
En paralelo, las mujeres afectadas, testimoniando su historia en televisión y sensibilizando a la opinión pública. Y la denuncia ante la Justicia, que siempre permite estirar la noticia: que si la admiten a trámite, que si llaman a testigos, que si admiten indicios… Y todo aderezado con manifestaciones multitudinarias. Voilá.
El cóctel es muy eficaz. Y finalmente Bonilla cede a la presión, acepta el cese de su consejera y anuncia una revisión a fondo del sistema sanitario.
Y eso que Bonilla estaba utilizando el protocolo que se utilizaba en la sanidad andaluza desde los tiempos de María Jesús Montero como consejera de Sanidad.
Dio igual. Bonilla no aguantó la presión y cedió. De esta manera envió una señal muy peligrosa: si la izquierda quiere algo basta con que monte el ‘pollo’ adecuado. El que pía, mama.
Acaba de consolidar el chantaje asegurado. Salvo que de verdad tenga algo que esconder y las contingencias sean peores. Es el caso de Mazón que escondió videos, registros e información para no evidenciar sus propias incapacidades y responsabilidades.
Hoy El País publica que el 71% de los valencianos quiere su dimisión; el 56,6% de los votantes del PP y el 69% de los votantes de Vox. Pero OK Diario le ofrece una ‘entrevista’ para acusar al gobierno de negar la declaración de emergencia y de inmoral por cobrar intereses por los créditos ICO Dana.
Aunque Mazón afirme que nunca ha pensado en tirar la toalla, la realidad es que está tocado. Bonilla tenía mayoría absoluta pero se ha ahogado en el vaso del agua de los cribados. Y Feijóo es desautorizado por una Ayuso que se niega a cumplir con el registro de objetores, aunque ella misma también está tocada por el ‘caso novio’. Con todo, ‘su sanchidad’ se permite decirle a Feijóo “ánimo, Alberto” como toda respuesta a su retahíla de preguntas.
Sánchez está más que tocado. Pero no conoce la vergüenza. Y esa es -paradójicamente- su ventaja competitiva.
Luis Losada Pescador (Actuall.com)