Bajó un día de su nube,
para pisar sobre el suelo
y vio que no era bailarina,
y ya no tocaba el cielo.

Quiso morir de tristeza,
quiso morir de dolor,
quiso elevar un rezo,
que le llegase hasta Dios.

Pidió aprender a volar,
a bailar como antes danzaba,
y Dios le tocó con el don,
con el que ella soñaba.

Feliz descanso y mucho ánimo.

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Humanidad,

Última Actualización: 26/02/2024

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