Cuando agotados
de la extensa jornada,
y del terrenal cambio
del dolor por el dolor,
perdida, dispuesta
a la desesperación,
tu cálida voz
me convoca de nuevo.
Mi sincero amigo,
nunca estoy sola
si tu presencia y ese tono,
me acompañan.
Feliz tarde y mucho ánimo.