No se apresure, señora,
¿a dónde va tan raudamente?
¿qué es lo que usted tiene en mente,
para correr con tanto esmero.
No me moleste, ando apurada,
pues tengo tanta, mucha prisa,
y aunque pudiera causar risa,
no debo sentirme cansada.
No existe ninguna novedad
y a nadie he pedido visa,
¿por qué camino tan aprisa?…
¡Para que no me alcance la edad!.
Feliz tarde y mucho ánimo.