Iré, cuando la tarde cante,
azul, de verano,
herida por el trigo,
a pisar la pradera.
Sentiré su frescor,
en mis plantas,
y dejaré que el viento,
me bañe la cabeza.
Sin hablar,
sin pensar,
iré por los senderos,
pero el amor sin límites,
me crecerá en el alma,
me iré lejos, dichosa,
por los campos,
llenos de flores.
Feliz tarde y mucho ánimo.