Mi cadera y mis pies
desobedecen,
cada uno tiene
su propia independencia,
mis manos acarician el aire y
me disfruto a mi misma,
¡soy cuerpo!.
Y mi cuerpo
responde a la música
con amor,
con entrega
con voluntad.
¡soy bailarina!
Feliz tarde y mucho ánimo.