Con esto hemos despertado después que ayer, en la abarrotada hospedería benedictina de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, hubiésemos asistido a un homenaje a los benedictinos que desde 1958 atienden espiritual y personalmente tanto a los que en dicho recinto Pontificio han encontrado el descanso eterno como a los que realizan una visita al recinto, turística o religiosa.
Lo de han encontrado el descanso eterno, ha pasado a ser una frase hecha porque estos, y me refiero al gobierno y partido gobernante, no dejan descansar a nadie, con lo cual la palabra eternidad es algo superfluo o simplemente falso, falto a la verdad o como se dice ahora “cambio de opinión”.
Sacaron a los navarros,” 133 republicanos “, a saber, si estos 133 eran los navarros que buscaban o también si no lo fueran, sería simplemente “un cambio de opinión”.
A estos no les hicieron falta los análisis de ADN, a ver si… Después continuaron con el “dictador” y sacaron a Franco y eso sí sin descanso, continuaron con José Antonio Primo de Rivera, sin descanso ni para ellos ni para los difuntos, una eternidad corta, cambiante de opinión.
Yo pediría que se hicieran los análisis de ADN a los 133 navarros, no sea que sean aragoneses, catalanes, vascos o de cualquier parte de España y no sean los que se buscaban y ahora se recen en Navarra o lo que quieran hacer sus familiares con los cuerpos trasladados y sea el cuerpo de un “Regular del bando fascista” quien ocupe el lugar que debía ocupar el caído republicano.
Después de esta perorata, a lo que iba, que hoy se ha presentado allí el presidente del Gobierno, Sánchez, que puede ser el primer presidente del gobierno, desde Adolfo Suarez (1977), que visita el Valle de los Caídos y que ¡casi nos pilla allí!
Ayer comimos bien, no sé si se habrá quedado a comer o no ha tenido cuerpo para ello después de la visita de los columbarios, las capillas, las galerías ocupadas por el equipo de Memoria Democrática y a las que ya no pueden acceder la comunidad benedictina o los trabajadores de Patrimonio Nacional, será secreto de estado.
Ya es que no puede uno ni comer tranquilo, ni rezar recogido, ni, por supuesto, descansar en paz.
Calos Zarco (ÑTV España)