Las cintas que la fulana le grabó al fulano son de una importancia capital para la historia contemporánea de España, a pesar de lo cual, o tal vez por eso mismo, los medios las reducen a mero asunto “del corazón”, “de cotilleo”, como forma de distraer al personal alimentando el morbo que siempre despierta ver a un fulano con una fulana.

En esas cintas, además de quedar patente la degeneración e indigencia mental e intelectual del fulano, su bajeza moral e inmoralidad supina, su podredumbre y baja estofa, siendo imposible encontrar ya calificativos en el diccionario con el que descalificarle, hay dos confesiones de parte y voluntarias, es decir, incuestionables, que ponen de relieve por qué estamos como estamos. Son pruebas acusatorias inapelables , al tiempo que explicación de todo.

En una, el fulano se ríe –lo dice él mismo– del Gral. Armada porque se ha comido siete años de cárcel y no ha dicho nada. Ergo todo el 23-F fue una mascarada urdida, planeada y dirigida por el fulano, con la activa y voluntaria colaboración de Armada, también de Sabino que todo lo sabía, y de los que estaban en la lista empezando por Felipe González que era, tras un periodo transitorio de tiempo pero corto, quien en definitiva debía acceder al poder sin pasar por las urnas, todo muy democrático, porque ya hacía tiempo que el fulano se había echado en sus manos.

Esa era la otra jugada del fulano, que sabiendo que a la derecha renegada y traidora la tendría siempre estúpidamente a su favor, debía conquistar a la izquierda para afianzar su chiringuito y vivir a cuerpo de rey… entre fulanas, sirviéndoles de tapadera para su proyecto de dejar a España que no la reconociera ni la madre que la parió, como así ha ocurrido.

Lo anterior también se prueba cuando el fulano dice estar preocupado porque por querer echar a Felipe González están dispuestos a arrasar con lo que sea, o sea con él. Ergo, la apuesta por el socialismo, la apuesta por la antiEspaña, era, y lo fue siempre, su jugada maestra para sobrevivir; con la connivencia de la derecha… monárquica que sabía que siempre tendría a sus pies.

La traición a España del fulano ha superado, y con creces, la de cualquiera de los varios traidores que ha sufrido España a lo largo de su historia, siendo la causa, sobre todo a partir de aquel mal día en que se nos cayó encima la peste borbónica, de nuestra decadencia y destrucción que sigue imparable con el agravante de que ya no nos queda nada más para perder que la propia península, los dos archipiélagos y Ceuta y Melilla.

Ahora bien, el fulano sólo pudo continuar donde estaba y seguir traicionando a España y destruyéndola gracias a los que le rodeaban, como Sabino y Armada –y otros muchos más como ellos–, que eran tan idiotas como traidores a España al poner su lealtad al fulano por encima de la debida a la Patria.

Ahí está la clave de nuestra destrucción actual que se debe a que las “elites” siguen considerando que su lealtad al rey, al presidente del Gobierno, al ministro de turno, al General, al obispo, al señor juez, etcétera, está por encima de la que deben a España.

Ese “cesarismo” es lo que nos viene destruyendo, matando, desde hace ya medio siglo y no parece que vaya a acabar hasta que acabe con España.

Ante la traición y corrupción del mando, del que sea, no cabe guardarle lealtad, sino todo lo contrario, pues la única lealtad incondicional que debemos es a España, que es la herencia que hemos recibido de nuestros predecesores, construida a lo largo de los siglos con ímprobos esfuerzos y mucha sangre, y la que estamos obligados a entregar engrandecida a nuestros descendientes.

Nadie, ni el rey, está ni puede estar nunca por encima de España; mucho menos un fulano cuya baja estofa vemos que fue siempre muy inferior a la de la fulana.

PD.- No hace falta que el fulano escriba ya sus memorias, pues las está escribiendo y publicando la fulana, merecido broche a tan repugnante traidor a España.

Francisco Bendala Ayuso (ÑTV España)

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Última Actualización: 06/10/2024

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