¿Por qué Zapatero no ha sido juzgado? Este interrogante es reiterativo en las muchas tertulias improvisadas a pie de calle, acrecentado desde que el infame expresidente ha vuelto a las andadas que recuerdan los antecedentes de las conversaciones con un grupo terrorista tres años antes de acceder al poder mediante los trenes de cercanías-del tan lamentado como falto de investigación veraz 11-M, o el viaje a Marruecos para no se sabe qué asuntos al margen de los dictados del entonces gobierno de España presidido por José María Aznar durante la crisis de la Isla de Perejil.

No solo parece zetapé un estulto metomentodo, quien fue para vergüenza de los españoles el hazmerreír de Europa, sino que además continúa siendo un enredador de baja estofa, se adivina, de muy baja estofa.

Zapatero se aseguró inmunidad alimentando la disensión ideológica para reverdecer el desencuentro de las dos españas. Así sus tropelías personales se convirtieron en el abanderamiento de causas políticas, protegido por el sectarismo de incondicionales acólitos que cubrieron su retirada.

Pero no contento con haber destrozado un país escapando de rositas ante tanta sospecha de criminalidad, ahora se da un baño de triunfalismos por los países a los que les regaló vida a costa de robarnos la nuestra. No es extraño que se designe cóndor de Bolivia al buitre de España, cuando despilfarró condonando deudas a diestro y siniestro a países de la órbita radical populista, hostigando con planes desastrosos nuestra economía hasta tal destrozo que nos dejó al borde del peor abismo abierto en el seno de nuestra democracia.

¿Por qué Zapatero no es juzgado ante la certeza de no pocas sombras de delito continuado, esquilmando la economía de los ciudadanos y el equilibrio institucional durante su nefasto bagaje presidencial? se preguntan muchos. Por la misma razón que Felipe González o Rubalcaba-eterno gestor desde las sombras- tampoco lo son, dicen no pocos otros.

Tantos contribuyentes no pecan de ingenuidad formulando una pregunta que una inmensa mayoría de los españoles se ha planteado en alguna ocasión, viviendo el infierno institucional y económico derivado de la era zapaterista. Porque no hay corrupción, despilfarro, oscurantismo, sospechas ni ruina que no hayan pasado por las zarpas de este singular elemento, impune, confiado, patético pero destructivo.

Dicha era partió de una matanza de 192 personas que en absoluto ha sido resuelta como denuncia continuamente Gabriel Moris, padre de una víctima de la matanza, advirtiéndose irregularidades refrendadas en los tribunales que han acrecentado la sospecha de que lo sucedido el 11-M pudo ser un golpe de estado perpetrado para dinamitar las bases constitucionales sobre las que se edificó España.
Recordando el asesinato selectivo de Isaías Carrasco que posibilitó la segunda legislatura zapatera, muchos creen entender por qué ETA vence hoy sin obstáculos incluso bajo un gobierno del Partido Popular… allá se las componga Rajoy con su conciencia.
Porque ¿no es sospechoso que las únicas elecciones ganadas por Zapatero hayan sido derivadas de crímenes de sangre antes de elegir un gobierno? Este es otro de los interrogantes que he escuchado durante muchos años.

No olvidemos la tendencia. Si seguimos la cronología de los acontecimientos conexos partiendo de la base de que nuestra actualidad social, económica y política deviene de lo sucedido en Marzo de 2004, podemos colegir que este país desarbolado no habría sido posible de no existir la masacre que permitió un giro radical mediante la manipulación y la cizaña sembradas, despertando además odios guerra civilistas durante décadas olvidados.

Si Zapatero no es juzgado después de ser la cabeza visible de unos destrozos que padecemos provocados con manipulaciones sectarias que han desintegrado nuestras vidas, es porque Felipe González inauguró el periplo de las estafas encubiertas asegurando la influencia política sobre la jurídica, usando el poder para desmembrar el estado de Derecho que nunca fue en las intenciones verdaderas de los que se aprovecharon de él desde una presidencia.

Encumbrados por los daños que infligieron a escondidas, disimularon construir y sostener una democracia que encubrió a los artífices de un continuado saqueo contra el pueblo. La impunidad se la garantizaron no dejando huellas que pudiera llevarlos a ninguna sala de un tribunal independiente.

El pulso de la calle está tomado por la indignación hasta el punto de contemplar a una fuerza política derivada del chavismo para terminar de hundir los destinos de España porque se cree que el país está tan comprado como vendido hace tiempo y nada de lo que vivimos es casualidad.

Lo malo es que estamos pagando la ejecución de nuestra ruina y aquí pasa todo por ser cuenta de vicisitudes socio-políticas cuando hay intereses más espurios e inconfesables sobre codicias personales o de grupúsculos muy definidos.

La realidad es que tocar poder consiste en pasar por caja sin que les pillen chantajeando desde las instituciones.

 Por esa misma caja de corrupción oculta se compró la impunidad de los dos expresidentes socialistas que arruinaron en sendas legislaturas el país y además fueron premiados con el precio de nuestra libertad. A ellos debemos que nos hayamos jugado nuestra supervivencia cuando estos respetados elementos viven, henchidos de impunidad, a sus anchas engañadoras y sin pagar sus deudas. Al menos que los ensoberbecidos perjudicadores quedaran mudos y mancos para no airar a la ciudadanía cuando recuerda las muchas ruinas que estos individuos deben.

España tiende a garantizar las costumbres de sus errores históricos apuntalados con la corrupción. La ignorancia y la desmemoria, la verdadera, aquí cuestan sangre. Adoramos la inmundicia y defendemos a los verdugos. Tanta estupidez nos mezclaría definitivamente en las fosas comunes de la desesperanza, con nuestras existencias perdidas al estilo chavista en Venezuela, de no aprender a protegernos contra los males que se disfrazan de buenismo social frente a las urnas. El problema es que somos muy capaces de ir a peor.

Ignacio Fernández Candela (ÑTV España)

Categorizado en:

Política,

Última Actualización: 06/08/2024

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