Es curioso cómo se vierte tanta suciedad en España con tanto residuo personal y político llegado del otro lado del charco. Una argentina con ínfulas de liderazgo peronista fue a darse de narices con la batalladora presidenta de la Comunidad de Madrid. Un patetismo más de la horda comunista, cuyos peones desfilan con la acostumbrada demagogia en la que se abundan para seguir viviendo con la mamandurria del puesto político.
La elegante Isabel Díaz Ayuso mandó a pastar a la nueva mema de Más Madrid, ese grupo residual de parásitos que se columpian en los desechos del comunismo para seguir mamando de la prebenda institucional.
Y como todos los demás del grupo que llevan lo sinvergüenza grabado a fuego en la expresión de las jetas, la nueva mema que sustituye a la otra vieja Mónica García, encaramada como un mono al ministerio al que tanto aspiró haciendo méritos de sabotaje en el Zendal, intentó alardear con tan estreno chillón que su raído discurso cayó en el ridículo más espantoso, con la inestimable ayuda de la templanza de una Díaz Ayuso curtida en el menester de sacar la vergüenzas a la siempre siniestra.
Alardeaba el asno en femenino de la decisión del marrullero Pedro Sánchez, cuando aplaudida por la bancada simiesca y con turno de palabra tuvo que tragarse la perorata, ridiculizada por sí misma con las puntualizaciones que Isabel le empotró dialécticamente en la cara. Que pena de esa Argentina que queda tan lejana para estas moscas cojoneras que viven tan bien de la política sucia en España.
Ignacio Fernández Candela (ÑTV España)
