La encuesta de ABC sobre intención de voto, realizada por GAD3, indica que el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo volvería a ganar las elecciones generales, aunque esta vez con entre 22 y 28 escaños más que en julio de 2023. Esto le proporciona un liderazgo indiscutible, aunque siempre necesitaría negociar con Vox para asegurarse la mayoría parlamentaria y formar gobierno.
Pero lo más relevante de este sondeo es el rápido deterioro de la izquierda, y particularmente del Partido Socialista de Pedro Sánchez. Los datos ponen a prueba el diseño político del actual presidente del Gobierno.
Este ha apostado, como se ha visto en las recientes elecciones en Galicia, por mantener al PSOE como un artefacto eficaz para disputar las elecciones generales, capaz de liderar a la izquierda y pactar con los nacionalistas y separatistas en el Parlamento de la nación, pero que mostraría un interés menor por activarse en las regiones donde preferiría dejar el campo libre a sus eventuales aliados.
Esta decisión representa el riesgo cierto de que el PSOE podría convertirse en un partido irrelevante e inútil si pierde la capacidad de liderar en el Congreso de los Diputados.
Lo que también pone de manifiesto la encuesta de GAD3 es lo frágil que es en términos electorales esa capacidad de liderar de los socialistas. Políticamente está claro que la coalición de intereses fraguada por Sánchez se basa en la inaceptable transacción de una autoamnistía a cambio de seguir en el poder. Pero en términos electorales, esta se funda más en errores ajenos que en virtudes propias.
El trabajo de campo de este sondeo se ha realizado en un ambiente muy desfavorable para el Gobierno, golpeado por la derrota en las elecciones gallegas (que se produjo hace solo dos fines de semana), el rechazo popular a la amnistía, los brutales homicidios de Barbate y el estallido del caso Koldo. Con todo, los socialistas siguen mostrando un voto duro considerable, en torno al 28 por ciento del electorado
Pero esta caída de tres puntos porcentuales respecto de los resultados del 23J, que inicialmente puede parecer pequeña, significa situarse por debajo de los 120 escaños y esa es una zona en la que resulta muy difícil para el PSOE liderar o despertar simpatías, como el propio Sánchez lo comprobó en 2016.
Vox experimenta una caída de poco más de un punto porcentual en intención de voto en relación con las generales de 2023, que se traduce en la pérdida de 5 a 9 escaños, pero conserva su posición de tercera fuerza política del país. Lo llamativo es el incremento del PP, que no sólo está recibiendo votantes de Vox, sino también del PSOE y de electores que se sienten españoles de izquierda, pero ante todo españoles.
Los resultados de la intención de voto son coherentes con la valoración de líderes, donde Núñez Feijóo obtiene la mejor nota, pero no por mérito propio, sino por el descrédito de Sánchez, que logra la segunda peor desde 2022 y de Yolanda Díaz, que tiene la peor que ha conseguido nunca.
ABC