Era de esperar que la sensatez imperara por encima de los absurdos complejos originados desde la hipocresía de un partido socialista que siempre, como histórico fullero, descalifica a cualquier oposición en democracia.

Durante la sucia carrera de competencia política que Pedro Sánchez ha embarrado exponencialmente con absoluta falta de escrúpulos no hay freno para la inmoralidad… salvo la prudencia y la previsión: 140 municipios reeditan la eficaz asociación en Castilla y León con un Partido Popular dispuesto a entenderse ante VOX, vencido el trauma de la hostilidad ultraizquierdista y la estrategia de difamar a un partido estrictamente constitucional.

El líder de la Oposición ha recordado que antes que VOX fueron el propio PP y Ciudadanos blancos de las malas artes del PSOE que los presentaron como los fascistas de la democracia.

No por inesperado es más bienvenido el anuncio de Núñez Feijóo quien declara desde la sobriedad de la reflexión inteligente por España, haber advertido la indispensable colaboración de los partidos que falazmente tilda el sátrapa Sánchez de «extrema derecha y derecha extrema», en defensa real de los ciudadanos con el objetivo común, al margen de disquisiciones y pareceres contrastados, de librar a España del riesgo criminal que supone la ampliación del crédito a los enemigos del país para culminar el plan de fragmentación y desestabilización emprendido bajo sospecha delictiva por la complicidad socialcomunista.

Con la sombra de un pucherazo que puede multiplicarse más allá de lo sucedido el 28 M con el voto por correo en Madrid, con la previsión y la certeza de que desde La Moncloa se hará cuanto sea necesario para vulnerar los derechos democráticos y la libertad de elección, ha sido puntualmente decisiva la toma de posiciones y la reconsideración de posturas para consolidar la tendencia con dimensión nacional, siguiendo los sucesivos pactos de municipios y autonomías.

Se entiende de este modo la importancia y la oportunidad de diseñar un plan conjunto que puede brindar más escaños mediante la unidad de lo que se supone el ideal más o menos liberal, frente al intento de repetir un gobierno Frankenstein en contra de España, para satisfacer las múltiples codicias facilitadas con el objetivo de que permanezca Sánchez en la presidencia de gobierno, llave maestra de la múltiple traición.

Dada la planificación de la izquierda radical que unifica los partidos renunciando a las diferencias para aprovechar las debilidades electorales, ley  d’hondt incluida que brinda preponderancia a minorías, el Partido Popular ha decidido blindar el consenso nacional para identificar un común ideológico y nuclear, fácilmente identificable para los potenciales votantes. Así se espera un comunicado conjunto de Feijóo y Abascal, conscientes y responsables ante la cita electoral más importante que se juega el futuro decisivo de España.

Y cualquier parecido con la realidad es un espejismo…

Cuidado con lo que hacen PP, VOX extiende la mano, de cara al 23J porque las manifestaciones de Pedro Sánchez ante el comité federal fueron una declaración de juego sucio incondicional para evitar que gobierne la «extrema derecha y la derecha extrema».

Hace mal Feijóo al no darse por aludido. Sánchez hará de todo para que no le saquen los muertos bajo las alfombras monclovitas. Sobran los triunfalismos y falta la humildad, la prudencia, la inteligencia política más elemental que el engendro Frankenstein está dispuesto a aprovechar con todo en contra,  menos los rivales políticos que están por favorecerle la jugada.

Ignacio Fernández Candela (ÑTV España)

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Política,

Última Actualización: 13/06/2024

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