Hago política como cualquier ciudadano que piensa, opina y vota, pero no entro en el barrizal en el que se embadurnan los fanáticos de la irracionalidad “que no han perdido la razón y tampoco la han encontrado” como escribe mi admirado Fito Cabrales

Las úlceras de estómago, los micro infartos y, lo que es peor, la impotencia sobrevenida , tiene su causa en el bloqueo de las meninges de los creyentes que adoran a un político sin moral por el simple hecho de llevar una pegatina de un partido al que acaba de destrozar.

La gente que vota al mismo partido durante toda su vida tiene el mérito de la fidelidad y el demerito de la estupidez, porque en todas las formaciones políticas aparecer periódicamente, un golfo, un tonto de los cojones o un Pedro Sánchez y les lleva a la ruina.

Los que van a piñón fijo se reúnen con los más viejos del lugar para recordar el pasado mientras se tapan la nariz para evitar el mal olor del presente. Su única ideología es un logotipo y la creencia de que el ADN de la honradez es posible que exista en una organización humana ,y por lo tanto imperfecta, donde cualquier trolero con un manual de supervivencia puede hundir a un partido de mas de cien años.

En la puerta del infierno está escrito un letrero que dice “Abandonad toda esperanza”, pero hay gente que no lo lee hasta que llega al averno, porque no han leído a Dante ni a ningun otro poeta.

A estas horas están llenando de declaraciones los periódicos y las redes sociales los recalcitrantes que no abandonan la idea del suicidio, y se jalean entre ellos con la esperanza de que en mes y medio el amoral que les acaba de joder al llevarlos a una situación lamentable va a conseguir un vuelco electoral que le permita volver a montar su cuchipandi de socios independentistas, podemitas, ex etarras de Bildu-

Lo mejor que tiene la democracia es que la mayor parte de la población no es leal hasta la muerte a ningún partido político-

Diego Armario

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Política,

Última Actualización: 30/05/2023

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