Para lograr una buena trilla primero hay que limpiar bien la era ya que en caso contrario, al final, el grano estará mezclado con la bruticie existente.
Eso decía mi abuelo labriego esforzado y práctico.
Y hoy al inicio de la “trilla” que se aproxima, paréceme adecuada la conseja mañica…
¡Si,! estas elecciones municipales y autonómicas se ha convertido curiosamente en una preparación obligada de la trilla final…de las Generales que antes o después han de celebrarse mal que le pese al maligno.
En condiciones normales, serían eso…elecciones territoriales con mayor o menor calado y consecuencias, pero por desgracia no es el caso ya la postre no deben tener otro cometido de más calado que “limpiar la era”.
Si tal como suena…Y si me apuran, no me preocupa demasiado su efecto a no ser que ambas convocatorias sirvan para eliminar la contaminación sanchista…
Y nótese que digo “sanchista”, no socialista…¡que no hay que confundir el gorrino con la pocilga!…Que el enemigo a descabezar es el prepotente bárbaro que está destrozando el país con su comportamiento dictatorial en lo político, ineficaz en lo operativo y denigrante en su propia sumisión por la supervivencia.
Si Sánchez pierde en los ayuntamientos y en las autonomías y con él desaparece definitivamente esa especia de bandas periféricas de la izquierda desfasada, cutre y frente populista que lo ha arropado en sus bastardos intereses por un lado, mientras que por otro lo putea inmisericorde con su ineficacia, todos saldremos ganando.
Podemos empezó a diluirse en el panorama político cuando la ”doncella matritense” quebró el espinazo del desdentado incubo y lo hizo esconderse en su apestoso cubil…
Otros siguieron su ejemplo en diferentes territorios y aunque el dedo designador trato de vestir de Prada a la del palestino añejo en la pescueza; debemos tener claro a la hora de votar que bajo el nuevo disfraz, siguen enseñando la patita…¡o la nariz!
Limpiar la era de polvo y paja ahora…¡el 28! y aventando la basura lejos, hagamos que sea posible un nuevo horizonte que peor que este no va a ser.
¡Eso seguro!
Agustín Muro