Si nos atenemos a los antecedentes de la caída de gobiernos corruptos, el de Pedro Sánchez se encuentra en una espiral de desintegración evidente a pesar de las apariencias de supervivencia por los empeños totalitarios de quien ha tomado las instituciones para garantizarse la impunidad de una carrera criminal al descubierto.
Ningún gobierno civilizado puede permitir que la corrupción generalizada sea aliada en ninguna relación internacional, cuando Sánchez ha elegido alinearse con lo más granado del terrorismo mundial y se ha mostrado como un fanático de la radicalidad contra todo pensamiento o ideología distinta a la de él.
Se ha convertido en un peligro que se está tratando en los despachos de los dirigentes internacionales, un objetivo de los servicios secretos de países que están analizando cómo neutralizar a un caballo desbocado, un elefante en una cacharrería al que abatir antes de que ocasione mayores daños.
Con ufana insensatez no sólo se ha mostrado imprudentemente en España arrastrando la escoria amoral que lo secunda, sino que se ha creado enemigos muy poderosos traspasando las fronteras de la elemental coherencia y las de la propia España que hoy en día constituye un escaparate donde no se esconde la maldad ni la aviesa intención del que se sospecha un demente, un enfermo mental con rasgos psicopáticos que ha contagiado la mezquindad de la codicia a cuantos se han beneficiado de esta ruptura con la legalidad de modo generalizado, intentando atar en corto a la Justicia y amordazar a cuantos puedan denunciar el exabrupto, la degeneración de un conjunto político ahíto de criminalidad y corruptelas inacabables.
El inquilino de La Moncloa representa al enemigo en casa no sólo en una España vulcanizada por los delirios de una formación política que ha traspasado todas las líneas rojas de la decencia y de la coherencia legal por la que se rigen los países civilizados; también es enemigo de Europa y de todo el entorno Occidental allá donde se precie la existencia de un país civilizado.
Y si al riesgo inminente contra la civilización que supone su alianza con estados terroristas y narcoterroristas se suma el encono, la aversión, la ignominiosa ofensa a naciones que han sufrido y siguen sufriendo la lacra del terrorismo, justificando a los victimarios desde los púlpitos fanatizados de un sectarismo repulsivo y demagógico, no es de extrañar que en cualquier momento uno de esos servicios secretos que está en posesión de todos los trapos sucios de Sánchez, suelte la bomba que acabe por desintegrar, explosionar, reventar a este desgobierno de facinerosos que están seguros de salirse con la suya en el enfrentamiento contra el mundo, literalmente.
Las escuchas del Pegasus han servido para practicar un chantaje permanente al que Sánchez se ha sometido incluso perpetrando alta traición, como así se sospecha por las evidencias de relaciones contra natura de política exterior con Marruecos, pero también se han analizado por el Mosad , la agencia de inteligencia israelí que puede considerar enemigo directo a quien ha orquestado desde el gobierno secuestrado de España una red de amenazas como para convertirse en enemigo público número 1 de los judíos; un pueblo combatiente y resistente que tiene en su mano tomar cumplida venganza de los perjuicios causados por el gobierno sanchista que podría caer en cualquier momento habida cuenta de los secretos que pueden salir a la luz. Porque…¿ qué no habrá de pútrido en lo oculto cuando una hedionda fetidez envuelve la corrupción al descubierto del monclovita?
La huida hacia adelante de Pedro Sánchez le conduce hacia la destrucción personal y política ante el mundo entero. Al tiempo, y poco.
ÑTV España