La OCDE ha renovado esta semana sus advertencias a España sobre el crecimiento del gasto en pensiones y el desequilibrio que supone en las cuentas públicas, análisis con los que se ha venido a unir al estudio de Fedea sobre el gasto y el déficit de las pensiones contributivas, que presenta un saldo negativo de 55.000 millones de euros que sólo se ve minorado por las transferencias del Estado.
El endeudamiento anual obligado para hacer frente a este sistema cojo es una solución puntual, pero perpetuada en el tiempo no se podrá percibir más que como un parche si no se logran otras políticas objetivas en el marco de un renovado pacto de Estado que ahora mismo permanece en dique seco.
Hacer oídos sordos a todos los toques de atención que se lanzan desde dentro y fuera de España por parte de instituciones y organismos es una grave irresponsabilidad y no contribuye a otra cosa que a perpetuar y agravar un problema que se cronifica.
ABC