A los barones les recorrió un sudor frío con la intención pactista y derrotista de que gobernara la lista más votada, rompiendo la razón de ser de la propia democracia. Suma y sigue tras la resaca electoral y en contra de las tesis pro Bildu del rescatado Semper, escudándose con la excusa de que no gobierne la formación, ofrece votos al PNV, PSOE y UPN despreciando el diálogo con VOX.
Se le sigue viendo el plumero aunque deba disimularlo. Feijóo no es de fiar y es capaz, llegada la oportunidad de la victoria, de entregar el cetro del trono al rey depuesto por las urnas Sánchez y revivir a su debilitada caterva criminal. El 28M no se votó por él sino por los que le acompañan en resistentes feudos ante el frentepopulismo. En las Generales no es un candidato ideal.
Pocas horas ha tardado para revolverse como una serpiente ponzoñosa contra el designio de las votantes. No se comprende cómo un elemento tan deficiente sigue columpiándose como un mono para llegar a presidir España. Y el verdadero problema no es que un payaso dirija un serio proyecto político, sino que le aplaudan las gracietas sin apearlo del columpio para poner en su lugar a un verdadero líder como es la vencedora de Madrid, por España, Isabel Díaz Ayuso. Feijóo se merece una rebelión interna y una metafórica ejecución pública por mostrar sin vergüenza esa reincidente catadura de estafador manipulando la voluntad del ciudadano.
El submarino del PSOE, nacionalista radical encubierto, Núñez Feijóo, no disimula la halitosis radical que envenena de asco el discurso de un jefe, que no líder, sin carisma, artificioso y traicionero. ¿El mismo que pasadas 24 horas desoyendo el consejo del resultado electoral, pretende oxigenar a un aniquilado PSOE de cara a las Elecciones Generales?
Lo veo capaz. Es la nota disonante de un partido que desprecia a sus votantes y al histórico triunfo de Isabel Díaz Ayuso, la verdadera líder por la que clama no sólo la mayoría electoral del PP sino también la masa esperanzada que desea a Feijóo defenestrado, derrotado y proscrito por haberse mostrado incongruente, ridículo, traicionero y extremista con empatía hacia la corrupción socialcomunista.
Mucho me temo que seguirá dejando epatados a los potenciales votantes añadiendo más eslabones a la cadena de exabruptos. Feijóo resulta ya repugnante en cuerpo y alma, un cadáver político renacido de la necedad, una y otra vez, al que se le perdona la inepcia, la miserable y continuada contradicción y el obcecamiento por sanear la mediocridad rodeado de un equipo de esbirros que parecen estar a sueldo de Sánchez en La Moncloa.
Es una cabeza pegada a un cuerpo, una desarmonía de la conciencia, un desequilibrado de la moral, pero sobre todo un traidor que farfulla un discurso errático e hipócrita, el agente doble por la derrota en las filas donde los afiliados y simpatizantes hacen más por España que los tibios dirigentes dispuestos a pactar con Sánchez y la ETA antes que con un partido constitucionalista, liberal y pujantemente español como VOX.
Mal favor se hacen los barones pensando que el tirón popular lo protagoniza Feijóo, disfrazado de candidato presidencial para impulsar las leyes de la extrema izquierda y la corrupción a la que es afín sin disimular la complacencia con la putridez socialista. Más valdría decapitar su ideología de doble filo en la guillotina de una rebelión interna.
No entendiéndose la aversión patológica del radical gallego contra VOX, es el mismo que intentó vacunar por obligación, el mismo que se sentía cómodo pactando contra el castellano; el mismo que equivocadamente convirtieron en secretario general, el mismo patán que convierte el voto en moneda de cambio para pagarse favores de Sánchez, es el candidato que puede destrozar las esperanzas de millones de ciudadanos que ven con pavor a este escorpión político, dispuesto a inocular veneno e intransigencia a la soberanía popular que es la que legítimamente decide.
¿Que ruede la cabeza de Feijóo fuera del Partido Popular en rebelión interna, sin tiempo ya para reaccionar con el adelanto de las elecciones? Si se pierde la oportunidad de vencer la pesadilla socialcomunista, Feijóo no tendrá país donde correr.
Así que cuidado con tender la mano al enemigo derrotado: el delincuente Zapatero reforzó a ETA usándola para su interés sucio y hoy comandan al País Vasco.
La jugada fullera de Sánchez es perfecta teniendo como involuntario aliado al maldito Feijóo-en mala hora tomó el testigo de Casado-para brindarse la oportunidad de no apearse del Falcon.
Ignacio Fernández Candela (ÑTV España)