La sinuosa trayectoria de Podemos en las últimas semanas a cuenta de la reforma de la ‘ley del solo sí es sí’ –ahora accede a aumentar penas, ahora no– culminó ayer con su decisión de paralizar la tramitación de la propuesta del PSOE para intentar arreglar el desaguisado por el trámite de urgencia.
Podemos, ERC y Bildu dejaron solo al PSOE, de modo que en lugar de abordarse en el Congreso la semana que viene una solución contra la masiva rebaja de penas a los abusadores sexuales, todo se dilatará al menos un mes, hasta el 7 de marzo.
Políticamente es relevante porque Podemos no solo se abstuvo, desmarcándose de los deseos del PSOE, sino que está arrastrando a los socios de Pedro Sánchez en la legislatura.
Irene Montero sigue haciendo bandera de su texto original, aun a sabiendas de que es una chapuza legislativa, para tratar de ganar perfil electoral ante los comicios de mayo, en los que Podemos se juega su credibilidad.
Además, cree que empujando al PSOE a apoyarse en el PP, su partido ganará enteros. Lo grave es que le interese más el tacticismo de corto plazo que la alarma social generada por su fallida ley.
ABC