Todavía no entiendo por qué Junts ha exigido las competencias en inmigración. Bueno, sí. Por el ascenso de Aliança Catalana. E incluso de VOX. Pero si fueron incapaces de detener a Puigdemont tras un acto público en el centro de Barcelona, ¿cómo van a detener ahora a responsables de «tráfico y explotación de seres humanos»?, según reza el comunicado oficial después de su pacto con el PSOE.
Antaño el catalanismo tenía fama de buena gestión. Es una herencia de Prat de la Riba, el primer presidente de la Mancomunidad (1914-1917) que, con un zapato y una alpargata, hizo una buena obra de gobierno. El escritor ampurdanés Josep Pla (1897-1981) lo dejó por las nubes en el Homenot que le dedicó: las normas ortográficas, la Escuela del Trabajo, el Museo Arqueológico o las excavaciones de Empúries. Aunque es sabido que Pla era un hombre de la Lliga.
Recuerdo al entonces poderoso consejero de Presidencia de Artur Mas, Francesc Homs, diciendo en un pleno en el Parlament el 21 de enero del 2015 que «cuando gestionamos las cosas desde Cataluña, el servicio es mucho mejor». Los hechos lE han desmentido sistemáticamente. Ahora piden también el traspaso «integral» de Cercanías que, en realidad, ya fueron traspasadas en el 2010. Siempre dijeron que fue un mal traspaso. Sin «vías ni trenes ni estaciones». Sin embargo, no debió ser tan malo porque, el que lo negoció fue el entonces consejero de Política Territorial, el socialista Quim Nadal. Años después, consejero de Universidades … con ERC (2022-2024).
Lo cierto es que yo mismo soy usuario y no he notado ninguna mejoría en estos últimos quince años. Los trenes, por ejemplo, están llenos de grafitis. Para eso no se necesitan más inversiones sino mano dura. Multas, revisores y vigilantes.
O la famosa campaña para una «Catalunya lliure de peatges» («Cataluña, libre de peajes») que impulsó en su día Esquerra. Era la traslación, en materia de autopistas, del famoso «Espanya ens roba«. En esta ocasión ya había determinados puntos débiles porque los peajes de la Generalitat son mucho más caros. En cambio, solo reivindicaban terminar con los del Estado.
En 2021 se acabaron levantando las barreras por el fin de la concesión. Pero ahora las autopistas catalanas son una ratonera. Con un aumento de hasta un 40% de tráfico. Y, por tanto, también de accidentes. Incluso mortales. El lunes fueron dos camiones los que colapsaron la AP-7. Y ayer, martes, otro
Con el tema de la inmigración va a pasar lo mismo. ¿Para qué quieren la competencia? ¿Qué van a hacer? ¿Cerrar el CIE de la Zona Franca? Al fin y al cabo, la plana mayor de Junts se manifestaba a la entrada del edificio para pedir su cierre en el 2021, todavía con mascarillas por el covid. Estaba la presidenta del Parlament y del partido Laura Borràs; las exportavoces del Govern, Neus Munté y Elsa Artadi; los diputados Francesc de Dalmases, Josep Rius y Aurora Madaula; y el abogado Jaume Alonso-Cuevillas, entre otros.
El propio Jordi Turull despejó dudas el pasado 5 de febrero en el programa de Gemma Nierga Café de ideas de TVE en Cataluña. Reiteró, ante la presión de la periodista, que los quieren cerrar. «Si los gestionas, los puedes cerrar», afirmó.
¿Si cierras un CIE cómo se expulsa a un inmigrante ilegal después de que el juez haya decretado su expulsión? ¿Lo vas a buscar a su casa y le pides amablemente que venga, por favor? En el caso, por supuesto, que tenga domicilio conocido
¿Para eso quieren las competencias? No saben gestionar. Gestionar es también ejercer el poder que libremente te han dado los electores en las elecciones. Sólo saben pedir.
Xavier Rius (La Gaceta)