Los que tienen poco que perder son los más valientes. Los irresponsables no miden los riesgos y por eso son capaces de arriesgar más.
Es el caso de Sánchez que parece empeñado en enfrentarse a Trump. Lo último es proponer a la UE que duplique su presupuesto para hacer frente a Trump que ya ha anunciado un arancel del 25% para el acero y el aluminio. Vuelve la industria.
Sánchez tiene como aliados internacionales a Hamas y Maduro, el eje del infierno. Tras los atentados del 7 de octubre se le ocurrió defender y abanderar el estado palestino y tras la investidura ‘fake’ del impostor venezolano se puso de perfil mientras que su Zapatero afirmaba que Maduro “ganaba muchas elecciones”…
Lo tiene todo para ganarse la enemistad de Trump. Porque -además- se permite insultar al ‘motosierra’ de Elon Musk y le acusa de que todo lo que hace “lo hace por la pasta”. ¿Proyección? Y además, el ‘cambiacolchones’ se ha convertido en el líder mundial de la agenda trans, de la religión climática y de cultura woke. Todo lo contrario de la ‘revolución del sentido común’ por la que aboga Trump.
Así que una vez declarada la guerra innecesaria busca aliados. Y las ‘víctimas’ del trumpismo pueden ser muchas. Los líderes europeos se reunieron para definir su estrategia frente a la nueva política de EEUU. ¿Por qué no se reúnen para decidir qué quieren ser de mayores? El Viejo Continente lleva décadas perdiendo competitividad en el mundo y ganando envejecimiento. ¿No es hora de desregular y de promover la natalidad? Más Dragui y menos ‘reunionitis’.
Pero frente a la amenaza de los aranceles americanos, los mimados europeos que gozan de superávit en la balanza comercial con EEUU, escuchan los cantos de sirena de quien no tiene nada que perder porque en todo caso lo perderíamos los españoles…
Lo que Sánchez quizás ignore es que el recreo ya se acabó. Lo único que podría esgrimir es su peso en Hispanoamérica. Pero hace décadas que la diplomacia española lo dilapida y Sánchez casi lo entierra.
Así que mucho me temo que cabe esperar tiempos difíciles. Porque el pancartero presidencial vive más cómodo en la confrontación que en la gestión.
Luis Losada Pescador (Actuall.com)
