Desgraciadamente, la clase política demostró que le cuesta estar a la altura de las circunstancias a la hora de encarar una tragedia como la que ha sufrido la la Comunidad Valenciana y encogido el alma a toda España.
El ejemplo de lo anterior se dio nada menos que en el Congreso de los Diputados, donde los ciudadanos tienen depositada su soberanía, con la maniobra del Grupo Socialista, avalada por la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol, de sólo mantener en el orden del día la convalidación del decreto para renovar el Consejo de RTVE por la que el Gobierno se garantiza el control absoluto del ente público.
No hubo ni sesión de control al Ejecutivo ni ninguna otra actividad parlamentaria en el Congreso, como tampoco la hubo en el Senado, en solidaridad con las víctimas de la catástrofe, respetando la angustia de un país sobrecogido por tan inmensa catástrofe.
Pesó más en el PSOE el interés espurio, la mezquindad política y las prisas por blindar su control sobre RTVE que mostrar fidelidad al sentimiento de duelo que invadía a España.
ABC