A veces cae
el velo de la noche
y nos muestra
su faz incuestionable,
sus pozos, su espiral,
el latido último
de un palpitar
de fuegos pavorosos.
A veces somos
noche sin disfraz,
cuerpo oscuro,
que clama el sacrificio,
y es ella quien pronuncia,
nuestro nombre
desleído en las gotas
del lenguaje.
Feliz descanso y mucho ánimo.