Una tarde en que nublaba el día
de tristeza muerta…
me senté en el aire,
buscando un ‘porque’,
a tanta tristeza.
Y sentí que nubes
cargadas de agua
tomaron mis ojos
y sobre mi alma
comenzó a llover,
no sé de que cielo.
Mojando mis flores
y el papel que daba
vida a mis palabras,
se mojó el amor,
la vida, los sueños,
todo se empapó.
Feliz tarde y mucho ánimo.