¡Danza conmigo!
¡Te invito a bailar!
Déjate llevar por las notas,
que de la orquesta salen.
Baila, sigue bailando,
no pierdas el compás…
Tu compañero te sigue.
-No cambies el paso-
Deja que la música
marque el compás,
que la armonía de sus notas
despierten en ti
la confianza al saber
que tienes un buen compañero
en la fiesta de la Vida.
¡No temas!
-Suelta lo que en ti hay-
No permitas
que las dudas interrumpan
el baile de tu Vida.
¡Baila!
Feliz tarde y mucho ánimo.