Era una tarde soleada,
mientras el frío acechaba,
las horas eran eternas
y tu silencio profundo.
Era una tarde soleada,
y tenía frío en el alma
buscaba tu mano tibia
y solo me abrazaba el viento.
¿Era una tarde soleada
o quizás un espejismo?,
puse un beso en una copa,
que tal vez un día beberías.
Feliz tarde y mucho ánimo.