Era una tarde soleada,
mientras el frío acechaba,
las horas eran eternas
y tu silencio profundo.

Era una tarde soleada,
y tenía frío en el alma
buscaba tu mano tibia
y solo me abrazaba el viento.

¿Era una tarde soleada
o quizás un espejismo?,
puse un beso en una copa,
que tal vez un día beberías.

Feliz tarde y mucho ánimo.

Categorizado en:

Humanidad,

Última Actualización: 04/03/2024