
Buenos días:
Hubiera deseado que los relojes fueran así,
sin agujas, relojes destiempados,
que dieran cabida a los momentos sublimes.
Donde la espera no existiera,
ni las prisas; donde nada de lo bueno se quedara por hacer,
ni decir; donde lo más bello,
permaneciera suspendido en el instante eterno,
donde se pudiera retrodecer
y borrar lo equivocado y triste.
Feliz fin de semana.