La naturaleza es completamente inocente; la ineptitud de algunos hombres, no.
Todo estaba previsto para el desastre. Desde hace tiempo. No se trata de una irrupción súbita de la naturaleza que, por sorpresa, nos ha desbordado. Precisamente, y es lo que más extraña, las gotas frías no son excepciones meteorológicas.
La responsabilidad no la tiene nadie cuando la naturaleza se desata. Bien, correcto. Pero nos vemos obligados a formular dos puntualizaciones:
1.- ¿Los servicios de meteorología han avisado con la suficiente antelación como es su función? Si los políticos son los receptores de esa información: ¿han avisado rápidamente y han aplicado medidas urgentes? O, en otras palabras, enunciándolo de otra forma: ¿ qué NO han hecho para minimizar el impacto de este diluvio?
Protección Civil no ha funcionado. ¿Qué ha pasado con los avisos a la población? Leo que la Confederación avisó a las 12:20 h del caudal en la rambla del Poyo de la Riba-roja y la primera alarma a los móviles de los ciudadanos llegó a las 20:12 h.
¿Quién me lo puede refutar?
¿Qué ha ocurrido con los servicios de asistencia y de emergencia? Siempre, ante una devastación de estas características, los medios de comunicación ofrecen las mismas imágenes más sensacionalistas: un helicóptero, una cuerda y, con el corazón en vilo, una persona levantada por los aires que salvan …
¿Qué nos trasladan esas oleadas de imágenes subliminales? Justo aquello de lo que se carece: la suficiencia de los medios materiales. Y si a todo ese espectáculo -más excepcional que normal- les sumamos los retrasos de los avisos, el panorama es una tragedia (natural) sobre otra tragedia (humana).
2.- ¿Quiénes han permitido alterar el curso de los cauces y de los torrentes que evacuan al mar? Los políticos de hoy y ayer.
Las políticas urbanísticas, con su voracidad de enriquecimientos rápidos para los particulares y de corruptelas para los ayuntamientos en materia de planificación urbanística pública, han coadyuvado tanto antes como ahora en la agravaron mortal de la catástrofe.
Es evidente que nadie construye en cauces. Bien. Pero se impermeabiliza el terreno. Buena parte de los problemas del levante es la impermeabilización de las cuencas de los barrancos y de los ríos: calzadas, tejados, calles y cultivos …
No voy a quitar la razón a quienes argumenten: la naturaleza indómita se ha cobrado una terrible desgracia en destrucción material y en vidas humanas … pero por mi parte añado: sí, pero los políticos, por acción o por omisión, la han agravado.
Las gotas frías no son fenómenos meteorológicos nuevos. Dependiendo del comportamiento de las masas de aire frío a gran altura, alguna se desprende del su curso y se desplaza hacia zonas más al sur, con aire más caliente, produciendo perturbaciones de mucha intensidad. Seguirán sucediendo como ha ocurrido en pasadas décadas, cientos, miles de años atrás. Siempre llegan y es una certeza matemática. Cualquier alteración antrópica de las áreas donde caen las precipitaciones abundantísimas o bien agravan o bien amortizan los daños.
Así el nuevo desvío del cauce del río Turia en Valencia. Obra del año 1957 ejecutada por el régimen anterior (el gobierno de turno de Franco tan denostado) que ha permitido que la zona de Valencia al norte del nuevo cauce se haya librado de las inundaciones.
Pero en 2024 no ha habido ningún factor humano tendente a mitigar la dimensión mortal y la destrucción que ha alcanzado esta nueva gota fría. Ni siquiera los cauces de los ríos han sido sometidos a limpiezas regulares.
-No, no tiene Usted razón. Los políticos no pueden ser responsables de una tragedia de estas dimensiones. El comportamiento de la naturaleza no es completamente previsible.
-¿Sabe qué le digo?
-Pues no, la verdad.
-Que, si todo está a su gusto y no tiene nada que objetar, muy bien, que siga votando a los partidos políticos o compórtese como el Jefe de Estado: puede sentirse desolado.
Miseria de política.
PD.- Escribo casi sin concentración. Al cerrar estas notas, y antes de enviarlas, leo que se han contabilizado 95 muertos por ahora (19:54 h del día 30/10/2024).
José Sierra Pama (ÑTV España)