Para algunos es el fin del mundo, para otros el día más triste de sus vidas, para muchos una maldición inesperada, para la gente buena la oportunidad de trabajar por los que se han quedado sin nada pero con la esperanza de seguir luchando para recuperarlo, para los familiares de los muertos una tristeza infinita, para los héroes un agradecimiento eterno, para los ciudadanos civiles que se han lanzado a ayudar a los damnificados el aplauso de la gente de bien, para los ladrones sin alma que saquean las casas y los comercios nuestro desprecio y un juicio rápido que les lleve a la cárcel, y para el gobierno de la nación la petición que asuma la gestión de esta catástrofe y deje su obsesión crítica contra sus rivales políticos porque los vómitos que provoca se confunden con el barro que anega la Comunidad de Valencia.
Una vez más se ha demostrado que el pueblo español es mucho mejor que sus dirigentes, que han reaccionado tarde o aun no lo han hecho.
La prensa recoge unas declaraciones de la Ministra de Defensa, Margarita Robles diciendo que “si fuera necesario van a estar 129.000 efectivos del ejército en la zona”.? ¿Cómo que “si fuera necesario”? ¿Todavía no se ha dado cuenta de la extrema gravedad de la catástrofe?
La población civil está haciendo lo que puede y sigue sin ver los uniformes porque los militares que han enviado son escasos para la dimensión de esta tragedia
Tres días después de iniciada la catástrofe sigue luchando con palas contra el barro, algunos ciudadanos permanecen con sus familiares muertos en la puerta de sus casas, hay gente sin víveres ni agua y también delincuentes saqueando los comercios.
Este país necesita un baño de dignidad, pero para eso necesitamos políticos dignos que han perdido la credibilidad y ya nadie se fía de las promesas de las ayudas del gobierno de la nación porque varias años después del volcán en la Isla del Hierro siguen sin cumplirlas.
Hoy Carlos Alsina hacia su programa “Más de uno” a pie de calle en la Comunidad valenciana, hablando con damnificados que lloraban o denunciaban con voz recia la pasividad del gobierno, porque una hecatombe de estas dimensiones debe ser abordada a nivel nacional y no sacudiéndose la responsabilidad de liderar la acción del Estado.
Los ciudadanos son por lo general más valientes que sus gobernantes.
Diego Armario