El delito de omisión del deber de socorro es el tipificado en el art. 195 del Código Penal, que dice: El que no socorriere a una persona que se halle desamparada y en peligro manifiesto y grave, cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros, será castigado con la pena de multa de tres a doce meses.
A este respecto debe tenerse en cuenta que militares, policías y personal de emergencias, como bomberos, asumen por su cargo un deber de sacrificio superior al resto de los ciudadanos.
El problema de Españistán es que, como siempre, el código penal se aplica a los ciudadanos de a pie, pero no a los políticos con mando en plaza.
Porque no tiene ninguna lógica, salvo la absoluta corrupción de todo el sistema, que existan unidades militares o de emergencias que duerman el sueño de los justos, mientras miles de ciudadanos luchan por su vida, y ningún irresponsable pague por ello.
Porque responsabilidad viene de “responder”, y en Españistán nadie responde.
Y no vale decir que para eso está la UME. No. La UME es, ciertamente, la unidad que tiene la formación y los equipos específicos para esas tareas, pero cualquier unidad militar tiene formación y medios para ayudar en numerosas tareas, y si no lo hace, alguien debería pagar por ello.
Más aun, no tiene lógica que, del mismo modo que la UME recibe también formación militar convencional, el resto de las unidades no reciba un mínimo de formación en emergencias.
Porque guerras hay muy pocas, y emergencias muchas.
Un ejemplo: cuando Santander ardió en 1941, el crucero Canarias atracó en el puerto para dar alumbrado a la ciudad. Y no era de la UME.
Lo que está claro es que, mientras nadie pague por ello, seguiremos muriendo innecesariamente, en tanto los recursos necesarios se destinan a caprichos y fiestas, golferías impunes y carroñeros aprovechamientos. Porque aprovechar una tragedia para colar decretazos es propio de canallas y malparidos.
Debería existir una excepcional operación policial de gran calado, interviniendo las instituciones tomadas por delincuentes que aprovechan el luto para esconderse y no dar explicaciones de la riada de corrupción que arrasa España. El asalto de RTVE simulando consternación con casi 100 fallecidos es propio de una psicopatía colectiva. Deberían ser frenados en seco con más severa Ley en la mano.
Pero no lo verán nuestros ojos. Una vez más la ineptitud, la desidia y la corrupción –valores eternos de Españistán- se cobrarán muchas vidas, no pasará nada, y la inmensa mayoría de la población lo encontrará razonable y lógico, porque son españoles. Seguirán engañados por los buitres y las serpientes que miran por lo suyo canallesco parasitando de un país abandonado a sus dantescas suertes.
Y yo me preguntaré otra vez por qué soy español.
Galo Dabouza (ÑTV España)