Es necesario insistir en que, a pesar de lo extenso y cruel que pueda parecer el largo listado previamente expuesto, éste sólo recoge actividades en el presente curso académico 2022-2023. Y no es más exhaustivo por no incurrir en maltrato, pero tengan la seguridad nuestros lectores de que si abriéramos el período de estudio tan sólo un par de años –de 2020 al 2022– la relación de insensateces sería poco menos que interminable.

Dicho lo anterior, debe entenderse que nada de lo indicado es casual o coyuntural. Ni mucho menos gracioso o divertido, como aquella “Antología del disparate” (1973) del profesor don Luis Díaz Jiménez que, al fin y al cabo, se limitaba a recoger barbaridades de alumnos aún corregibles. Aquí –conviene recordarlo– estamos hablando de la “formación” de maestros y profesores “adultos” encargados, a su vez, de formar a nuevas generaciones de jóvenes alumnos.

Todo este asunto de la “innovación” y la “formación” tiene un sentido, y la clave para entenderlo es analizarlo con perspectiva. Estamos ante un proyecto de ingeniería social a gran escala, perfectamente reconocible en las ideas con las que se nos bombardea sin descanso.

Por ejemplo, cuando se insiste en la “transformación” como un concepto positivo en sí mismo, sin explicar jamás por qué y para qué. Y, por supuesto, cuando se alude a la “finalidad de la educación”, expresada en el citado “Congreso de Líderes Digitales” por la directora del Instituto de Educación Secundaria “Parque de Lisboa”, doña María Jesús Campos Fernández: “crear verdaderos ciudadanos europeos” (¡!).

Tales ideas impregnan también otras ofertas “formativas” como, por ejemplo, el programa Impulso06 –de este mismo año–, dirigido a desempleados y subvencionado con dinero público por la Consejería de Economía, Empleo y Competitividad la Comunidad de Madrid.

Programa donde se incluyen cursos como: “Delegados de igualdad”[1] (60 horas); “Educación emocional y social”[2] (50 horas); “El conflicto en mediación”[3] (60 horas); “Maltrato de mujeres y menores”[4] (50 horas), o “Gestión de las emociones”[5] (“sólo” 16 horas), entre otros.

Transcribimos aquí las palabras con que se invita a la inscripción en el último de los cursos citados en su propia web oficial: “Gracias a este curso breve lograrás entender y saber gestionar tus emociones y las de aquellos que te rodean a nivel personal y profesional. Este curso también te dará los conocimientos básicos en inteligencia emocional y cómo puede impactar trabajar este área en tu vida y en las relaciones con otras personas”.

¡Qué mimbres para un cesto!

Por cierto, desengáñense los tibios, los ingenuos recalcitrantes y los mojigatos buenistas de todo pelaje, que aquí son cómplices todos, socialistas, comunistas, liberales y demócrata-cristianos. Pues si hasta la Conferencia Espiscopal incluye ya los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el logo de la Agenda 2030 en sus cursos de “formación” para su personal laboral –véase, por ejemplo: “Participación responsable y sostenibilidad en la clase de Religión”[6]–, más claro resulta que muchas de las presuntas diferencias ideológicas que les enfrentan son sólo ficciones alimentadas por las elites para mantener la sociedad dividida.

Filípides (ÑTV España)

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Sociedad,

Última Actualización: 13/06/2024

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