Un gobierno plagado de incoherencias y que vive de hacer concesiones en el Congreso de los Diputados no es la mejor carta de presentación en un mundo ávido de atraer capitales.
Quizá por esto la inversión extranjera bajo los gobiernos de Pedro Sánchez no ha logrado superar las cifras de 2018, precisamente el año en que llegó al poder.
Pero los datos más alarmantes se están registrando en 2024 de la mano de la desconfianza que están mostrando los fondos de inversión estadounidenses, los más pujantes del sector financiero.
Las amenazas de cambios fiscales, la incertidumbre jurídica, la polémica por las indemnizaciones a las renovables y los recientes cambios de opinión de Sánchez sobre el comercio con China se citan como factores que han contribuido a un desplome del 60 por ciento en el volumen de inversión procedente de Estados Unidos.
La situación no parece que vaya a cambiar tras las advertencias del Departamento de Estado sobre la incertidumbre regulatoria en el verano pasado.
ABC