Pues ya me dirán cómo resolvemos la cuestión, porque desde el punto de vista más lógico y racional no parece posible que un hombre al que no hay vicio que no se le atribuya, ni virtud que no se le niegue, pueda estar cargándose el Estado de derecho en España. Y decir Estado de derecho, es decir la democracia.

Ahora bien, como esto no es posible, deberíamos apostar por la causa mayor, y la mayor no es otra que nuestra deficiente, fraudulenta y corrupta democracia. Bien es cierto que un sistema que se sustenta mediante el voto de todos los ciudadanos, incluidos los extranjeros, es un sistema que está abocado al fracaso. Dicho esto, se necesita una Jefatura de Estado con poder de ejecución y resolución, y que la representación del ciudadano se canalice a través de las unidades naturales de convivencia.

Y ojo con meterse con más miembros de su familia para forzar su dimisión, porque ya me dirán si no sería irónico que un tipo que se está cargando España: dividiendo hasta extremos preocupantes a los españoles, doblegando al Poder Judicial e interfiriendo en todas las instituciones del Estado, tuviera que irse precipitadamente, y no a su tiempo, por los presuntos chanchullos de su esposa y puede que también de su padre. Irónico que ahora también agregarán a la lista a su suegro, un honrado y virtuoso empresario que arriesga su capital creando puestos de trabajo y dando satisfacción a sus clientes.

Lo dicho, o Pedro Sánchez es un fenómeno de la naturaleza, o nuestra democracia no puede ocultar lo que es: deficiente, fraudulenta y corrupta.

Pablo Gasco de la Rocha (ÑTV España)

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Última Actualización: 13/06/2024