Ahora que estamos en vísperas de unas nuevas elecciones en Galicia, pedimos a Dios que nos libre de la lacra del separatismo. Una ferviente petición que le hacemos para evitar que nuestra querida Región se suma en el oscurantismo más ancestral y en el sectarismo más despiadado.
Hemos visto que andan por ahí vendiendo la falacia de que, con la Pontón, o como se llame, llegará una mujer a gobernar Galicia. Lo dicen cada vez que quieren entregarte un pasquín con la cara remodelada y barnizada de esta individua para hacerla más amable y afable a la vista de todos. Sin embargo, qué gran mentira.
Esta individua, al igual que todos los separatistas -catalonios, bilduetarras, etc.- tiene su mismo sesgo ideológico: sectaria, fundamentalista, intolerante y retrógrada, eso sin contar otros antecedentes heredados de aquella peligrosa y radical UPG, de la que parece que muchos se han olvidado. Eso es lo que tiene que la memoria sea frágil.
Con esta individua a lo único que podemos aspirar es a retroceder muchos años en el tiempo, No te trata de gente con perspectiva de futuro, se trata de gente guiada, exclusivamente por el odio y el rencor, anclada en un pasado irrecuperable que solo puede traernos la ruina y la desolación.
Hablamos de una individua que jalea, llevándolo como bandera, un gobierno feminista para seguir enfrentando a hombres contra mujeres; la misma que pretende echar de Galicia a la Policía Nacional y a la Guardia Civil; la que quiere tirar al mar el busto de Manuel Fraga Iribarne, un personaje histórico en el devenir de Galicia, por el simple hecho de no pensar como ella y su banda; la que también pretende retirarle a Franco el título de gallego, pese a haber nacido en Ferrol, como si de ella dependiese determinar quién es gallego o no. La misma que nos anuncia que subirá los impuestos, según ella para combatir a los ricos cuando, en realidad, los que más impuestos satisfacemos somos los no ricos.
Esa misma que tratará, por todos los medios, de desterrar, incluso prohibir el uso del español, una lengua que hablamos con orgullo lo inmensa mayoría de los gallegos; la misma que concurrirá a las elecciones europeas de la mano de los golpistas catalonios y de los descendientes de los asesinos etarras, con uno de ellos como cabeza de lista. Una individua obsesionada con separar a Galicia del resto de España y así poder morirnos de hambre con las bendiciones separatistas.
¿Quién entiende el devenir histórico de Galicia fuera del contexto de España? Tan solo un grupo de ignorantes adocenados que pretenden reescribir su historia, vendiendo la imagen de bosques frondosos, rodeados de niebla, en los que los druidas realizaban sus cultos ancestrales. El estereotipo de esa Galicia profunda y atrasada que tanto les gusta a los separatistas, anclados en el ficticio prototipo inventado por los románticos del siglo XIX.
Los gallegos, al menos la mayoría de nosotros, ansiamos otra cosa. Ansiamos una Galicia moderna, respetuosa con sus costumbres, con sus tradiciones, con su lengua pero que camine, en unión del resto de España hacia un futuro prometedor, alejado de sectarismos y fundamentalismos inspirados en el odio y en el resquemor.
Aspiramos a una Galicia capaz de caminar resuelta por las sendas del progreso y eso no nos la va a traer tipas como esta, así que váyase a la mierda y déjenos en paz que estamos hartos de miserables sectarios como usted.
En cuanto a lo del habla, tu utiliza la lengua que quieras, pero a mí que nadie me impida hablar con la que a mí me dé la gana, es mi derecho y, por encima de todo mí libertad.
Eugenio Fernández Barallobre (ÑTV España)