Los hombres de hoy tenemos anchas las tragaderas y el oído muy delicado. Según qué palabras producen repelús. En consecuencia, los escritores política e “intelectualmente correctos” no las utilizan jamás.
Desde que escribo –o sea desde hace ochenta años—me intriga ese modo de actuar. No logro entender la razón de semejante proceder. ¿Es cobardía? ¿Es sentido de la elegancia pensante? ¿Obedece a la categoría de los temas a tratar?
Y, así, podemos comprobar que hablar de religión no se considera tan normal como hablar del futbol. Por suerte, en los medios de comunicación que se distinguen por la defensa de los valores, esa realidad se desconoce demostrando, una vez más, que la verdadera libertad de pensamiento tienen mucho que ver con los objetivos de los “media”, en especial los llamados “liberales” –que cacarean ser los defensores de la “libertad de expresión”– y son quienes menos respeto la tienen, Por el contrario quienes alardeamos poco, damos ejemplo de escribir sin complejos sobre lo que nos viene en gana.
A mí, por ejemplo, me encanta enfrentarme a los enemigos de Dios y de España — y lo proclamo–; y disfruto cuando llamo las cosas por su nombre, como “Sinagoga de Satanás” a esa obra maestra del sionismo globalizador o “hijos de Satanás” a quienes le sirven.
¿Es un insulto o una ofensa para con ellos, proceder así? Evidentemente, ¡no! A los creyentes que se preocupan de cumplir las leyes de Creador, de servirle y luchar por su reinado en la Tierra, habitualmente los llamamos “hijos de Dios”, por lo tanto, con el mismo patrón podemos tratar de “hijos de Satanás”– “hijos del Diablo”–, a quienes sirven al ángel caído combatiendo contra Cristo y su Cruz, contra la Iglesia Católica y todo cuanto nos recuerda al Supremo Hacedor.
Hijos de Satanás son todos aquellos que están promoviendo el asesinato de los hijos por las propias madres en sus entrañas o el crimen cobarde de la eutanasia, adelantando la muerte dc los ancianos indefensos. Así les pagan haberles dado la vida y haber quemado la propia en alimentarlos y hacerles hombres de provecho o, al menos haberlo intentado.
Son hijos de Lucifer los que han elaborado el plan perfecto para corromper a la infancia y a la adolescencia, para que malgasten la juventud en el vicio y en la droga, Son hijos del Diablo todos cuantos se han empeñado en convertir España –la que fuera nación católica por antonomasia– en la tierra de todas las degeneraciones.
Me entero ahora por “TV España” que un tal Mulet es uno de esos agente del ser diabólico empeñado en dejar a España sin cruces ostensibles, señal infalible de que está “poseído” por su padre, cuya obsesión es hacer desaparecer todo cuanto nos recuerde a Cristo y su Obra.
El problema de los hijos de Satanás es que están convencidos de la omnipotencia de su padre, y — olvidando que Dios lo precipitó en el Infierno por chulo–, ese tal Mulet cree que con el “todo poder” del actual inquilino de la Moncloa puede — a su vez –, “chulear e intentar asustar” a quienes hemos dado pruebas de que tales brabucones, en vez de aterrorizarnos nos provocan risa.
Me ha llamado la atención la cantidad de entidades que le hacen pupas y quiere aniquilar al pobre Mulet: las Hijas de Millán Astray y Capitán Cortés, Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, Fundación José Antonio Primo de Rivera, Fundación Yagüe, Fundación Pro-Infancia Queipo de Llano, Fundación Humanismo y Democracia, Fundación Blas Piñar, Fundación Ramiro Ledesma Ramos , Fundación Grupo de Estudios Estratégicos, Fundación Nacional Francisco Franco, Fundación Serrano Súñer. Fundación DANES o la propia Fundación de Abogados Cristianos entre otras muchas.
Es destacable el odio que destilan siempre los hijos de Satanás cuyo único alimento es la “destrucción”… Jamás tienen un programa constructivo. En los tres años de este Gobierno “Frankestein”, únicamente ha redactado leyes para destruir algo de valor: la vida, la riqueza, la paz entre los españoles, la alegría de vivir… Eso sí, tienen el arte de envolverlo todo en “bonito papal de regalo”. Son maestros en el engaño y la mentira; y se les da muy bien la “Publicidad”.
Resumiendo, ¿qué es un “hijo de Satanás”? – Esos especímenes descritos en los párrafos anteriores, esos peleles cabezas huecas a quienes la bimilenario organización sionista los ha convencido de que si aspiran a triunfar en la vida — conseguir eso que ellos llaman “forrarse” robando impunemente y alcanzando el poder gobernar desde ciertos partidos políticos– no tienen más salida que seguir dócilmente sus consignas y convertirse en piezas de la maquinaria universal que desde hace dos siglos rige, con poder absoluto y tirano, las naciones llamadas “libres y democráticas”.
Quizás alguien considere mis escritos como elucubraciones de una mente obsesionada por un tema ajeno la vida real. Yo mismo me he preguntado insistentemente si vale la pena gastar energías en lo que parece no interesar a nadie –o a muy pocos– pero siempre llego a la misma conclusión: los hechos están ahí, y no puedo menos de analizarlos… para llegar siempre a la misma conclusión: que guste o no guste debo seguir intentando abrir los ojos la gente de buen voluntad capaz de analizar la realidad sin prejuicios, limitándome a ser lo más objetivo posible.
E invitando a mis lectores a ser valientes y no tener miedo a reconocer que los defensores y propagadores del mal y la mentira tienen, hoy, las mejores posiciones frente a quienes defendemos el Bien y la Verdad. He sido profesor de matemáticas, he enseñado cálculo diferencial, integral y análisis matemático… y no logro entender cómo hay tantos que dudan al aplicar las tablas elementales de sumar y multiplicar… Igualmente me preocupa el desconocimiento del silogismo a la hora de razonar.
Y en consecuencia siendo optimista por naturaleza me tienta el pesimismo.
ÑTV Rspaña