A cada paso, la traición a España se va consumando. Día tras día, por la ambición desmedida de un sátrapa que, al igual que todos los que lo han sido en la historia universal, sufre de alguna psicopatía, el horizonte más negro se atisba más próximo para nuestra Patria.

Los enemigos de España, los de siempre, toda esa caterva de socialistas, comunistas, golpistas, filoterroristas, podemitas y demás turba de indeseables, se ha conjurado una vez más para destruirla.

Un ejemplo lo tenemos en lo sucedido en el último pleno municipal de La Coruña en que el Grupo popular presentó una moción de rechazo a la pretendida amnistía que Pedro Sánchez quiere conceder a los golpistas catalanes, con el único fin de perpetuarse en el poder aun a costa de conculcar el orden constitucional y de llevar a España al borde del precipicio. Como era de esperar, los socialistas, fieles lacayos de su jefe, se retrataron votando contra la moción que, finalmente, no fue aprobada al contar también con el voto en contra de los bloqueros.

Dicen que alguno de los socialistas protestó sotto voce argumentando que tal propuesta los ponía en un brete y los dejaba en evidencia. Incluso, al parecer, alguno votó en un principio a favor de la moción, tal vez por remordimiento de conciencia, aunque fue de forma pasajera ya que, de inmediato, cambió su voto por el negativo siguiendo la ordenes emanadas de sus amos.

Si realmente esta gente tuviese un atisbo de honor, que no lo tiene, la cosa era bien sencilla: votar a favor, argumentando objeción de conciencia, o, en último caso, ausentarse del pleno durante la votación con la excusa de encontrarse mal o, simplemente, para ir al servicio. Sin embargo, ninguno de ellos lo hizo ya que la pasta es la pasta y no vaya a ser que después “no salgan en la foto”.

Poco les importa España, poco les importa la dignidad, poco les importa el honor, lo único que para esta gente tiene valor en la pasta, esa que perciben todos los meses por ocupar un puesto que, ni tan siquiera, se merecen en función de su cualificación moral.

Es fácil imaginarse el día que esa ley de amnistía se apruebe en el Congreso: cómo se levantará la bancada de lametraserillos socialistas para ovacionar con fervor, lo que realmente es un deshonroso gesto de postrarse a los pies de los delincuentes catalonios, para suplicarles el perdón y, de paso, su voto, vendiendo a España con el único objetivo de que su jefe se perpetué en el poder y ellos puedan seguir cobrando su sustancioso sueldo manchado de vergüenza y deshonra.

Nadie debería olvidar que el honor está por encima de toda duda, muy por encima de la disciplina, esa disciplina de partido al que no le importa lo más mínimo la supervivencia de España y que solo vela por sus intereses de casta.  Esto mismo sucederá, en la bancada socialista, al igual que en la de los demás enemigos de España, el día que se proponga a votación la autorización para celebrar en Cataluña eso que, eufemísticamente, denominan “referéndum no vinculante”.

También, tras su aprobación, toda la caterva sociata ovacionará con gran emoción y regocijo la medida aprobada, al igual que lo hará en el Ayuntamiento de La Coruña la alcaldesa y su troupe, aun a sabiendas de que con ello, se da un paso de gigante para la disolución de España como Nación; pero eso carece de importancia ya que lo realmente importante es cobrar a fin de mes, aunque sea un sueldo manchado por una repugnante sumisión al oportunismo.

Que a nadie le quepa la menor duda de que si mañana sus amos madrileños exigiesen la desaparición de La Coruña, los que ahora la gobiernan, votarían a favor de la moción con tal de contentar al sátrapa y a sus huestes.

Creo que, de ahora en adelante, los socialistas deberían timbrar sus edificios y sedes con el lema “Todo por la pasta”. ¡Vergonzoso!

Eugenio Fernández Barallobre (ÑTV España)

Categorizado en:

Política,

Última Actualización: 13/06/2024

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