La presentación de Sumar reunió a lo más granado de la casta parasitaria, los otrora muertos de hambre, por mediocres e inútiles, encumbrados al poder por un no menos inútil trepa de saunas, quienes con los multimillonarios presupuestos del Estado al servicio del sectarismo y el autobombo hasta parece que trabajan o hacen algo aparte de arruinar el país.
En esa tesitura de inutilidad y apariencia, enmascarada la vil patulea comunistoide por el totalitarismo impositivo que sufraga sus inmerecidos salarios, va la halagada y agradecida bolivariana, la del pico desmesurado y labia retrasada, a postularse como presidente de España, pidiendo voto a una manada de vagos y maleantes, participantes de miríadas de chiringuitos mediante.
No se comprende cómo la gente apoya a quienes han demostrado ser la escoria que ha hundido España en el cenagal de las incertidumbres más radicales, salvo que se traten de adictos a la corrupción y beneficiarios de las componendas comunistas, y socialistas, que han sumido en la miseria a países como Venezuela.
La bolivariana ensalzaba a Chávez con ese pasado zarrapastroso que muestra el pico desmesurado de la vicepresidente del paro, la fullera del fijo discontinuo, la culpable directa del hundimiento de las empresas-con permiso de la corrupta del Isofotón, Montero-y del mercado de trabajo, estropicios de los que presume desvirtuando los datos, recreando una realidad paralela que en nada coincide con la sufrida por millones de ciudadanos, ni con los datos de la Unión Europea.
Si su pasado era Chávez, el presente político pasa por bolivarizar la España que la aborrece, conscientes ya millones de ciudadanos de ser campo de experimentación para las traicioneras aberraciones chavistas.
Tras esa aparente cara de gentil benefactora se esconde el ego de una inútil que cree estar llamada a grandes gestas históricas. Una delirante consentida y peligrosa. No creo en las buenas intenciones de quien repite como una cacatúa la necesidad de regular por decreto los precios de los productos de primera necesidad.
Es sin duda una ignorante, adoradora de la Venezuela bolivariana que de rebote le ha llevado a ostentar cargo de ministro y vicepresidencia por los obscenos cambalaches de un psicópata sin referencias morales que pactó con las minorías comunistas que dirigen España, pero sobre todo es una manipuladora de los ánimos sociales si tercia revolucionar las calles en caso de que el chapucero proyecto Sumar fracase con el objetivo de llevarla a la presidencia.
Malintencionada y comunista son dos implícitas características de riesgo con las que no duda en destruir el mercado laboral, maquillando las cifras del desempleo con el malabarismo estafador de los fijos discontinuos y que busca, con la intervención de los precios de productos de primera necesidad, el retorno de un mercado negro, el estraperlo, la consciencia social de una injusticia por hambruna provocada, provocando así el malestar y enfrentamiento de clases que posibilitó con las diferencias la imposición de la dictadura chavista.
Su discurso hueco contrasta con el brillo entusiasta de unos ojillos henchidos de inabarcable vanidad. Mi loro Kimi tenía más cerebro y menos pico pero esta ridícula ególatra está fuera de la jaula, desmedida y exultante, con infulas de poder absurdo que solo un traidor como Pedro Sánchez podía facilitarle para que la pájara, encima, aspire a tomar las riendas de una España que tiene para sí misma la cuenta pendiente, con la Historia, de sacudirse los parásitos que la roen hasta los huesos.
Ignacio Fernández Candela (ÑTV España)