Como muchos lectores saben, el domingo 17 denuncié penalmente al general jefe de la UME, Francisco Javier Marcos Izquierdo, por presuntos delitos de homicidio, omisión del deber de socorro, deslealtad y otros, recogidos tanto en el Código Penal ordinario como en el Militar.

La denuncia ha sido admitida a trámite, y ha tenido la denominación judicial de Diligencias Indeterminadas 2360/2024 en el Juzgado de Instrucción nº 2 de Gijón.

Quien quiera sumarse a este homenaje a los asesinados y reproche al felón general, y presentar su propia denuncia (obligatoria y gratuita) puede encontrar el modelo de denuncia y las instrucciones en el canal de telegram “Galo Dabouza”.

Lo que hará ahora el juzgado es inhibirse en favor de la Sala Quinta, de lo Militar, del Tribunal Supremo, competente para instruir y enjuiciar a los tenientes generales, que es el empleo del denunciado, de acuerdo a lo dispuesto en el art. 23 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Militar.

Recordemos que la denuncia se basa en hechos indiscutibles, por haber sido públicamente declarados por el propio general en sus ruedas de prensa, consistentes en desplegar contingentes ridículamente pequeños y demasiado tarde, para la magnitud del evento.

Una catástrofe que ha causado miles de muertos (digan lo que digan nuestros corruptos políticos) y ha afectado a unas 300.000 personas, de 69 municipios, alguno de los cuales ha sido literalmente borrado del mapa.

Según sus propias declaraciones, el general desplegó a las cinco de la tarde del primer día, el más importante para salvar vidas, sólo 100 militares, cuando estaban pronosticadas lluvias torrenciales, y desde esa mañana se sabía de riadas e inundaciones gravísimas. Desde el 2º día hasta el 5º, el contingente rondó los 1.000 militares (cifra igualmente ridícula), que se ampliaron a unos 6.000 el 6º día y 7.000 el 7º día. A partir de ahí el número máximo de militares presentes es de unos 8.000.

Las Fuerzas Armadas disponen de 120.000 efectivos, cuya principal misión en tiempo de paz es socorrer y auxiliar a las víctimas de eventos catastróficos, y una vez que ocurren esos eventos, no tienen ninguna misión más importante. Si se hubiesen movilizado efectivos con un cero más en cada caso, seguirían siendo insuficientes, pero demostrarían un verdadero interés en salvar vidas y atender las necesidades primarias de los afectados.

Cuando TODOS LOS RECURSOS son insuficientes para salvar TODAS LAS VIDAS, cada recurso de menos que se emplee es un delito de homicidio.

Si no lo admitimos de este modo, mañana seremos nosotros los que estaremos muertos.

Fiat Iustitia, ruat caelum.

Hágase justicia, aunque se hunda el cielo.

Galo Dabouza (ÑTV España)

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Última Actualización: 27/11/2024

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