Abre tus alas mariposa!,
¡vuela, tu hora a llegado!
vestida de colores hermosa,
suave y sutil, como la rosa.
Fuiste oruga que se arrastraba,
a la que Dios alas dibujo,
al volar nunca mires atrás,
recuerda que en el suelo estabas.
¡Vuela!, pero vuela tan alto,
que nadie roce tus alas,
pero tan bajo que a todos,
deleites la mirada.
Feliz tarde y mucho ánimo.