Me lo creo: hay un arma secreta del sanchismo que cuando no son balas CETME serán susceptibles de causar un daño semejante a una bomba atómica para que Sánchez y sus cómplices sigan apoltronados con el propósito capitular de exterminar lo que aún se mantiene en pie.
Ese arma secreta ya estaba en conocimiento del miserable Zapatero antes del 11-M y lo compartía en un supuesto micrófono cerrado cuando pedía tensión días antes de que ETA asesinase a Isaías Carrasco.
Si el siniestro  zETAp anuncia sorpresas, el ridículo poetastro de la política más rastrera que convence a borregos sobre la «infinitud del infinito», no da para más la inspiración de un nauseabundo farsante, hay que temer maniobras rastreras de manipulación y ventajismos que esta vez no se saldarán con una matanza. No conviene.
Feijóo es vulnerable por la tibieza de su predisposición a oxigenar enemigos de España, derrotados. Como entonces estaba ETA antes de que el oscuro zETAp liberase y alimentase la bestia con el fin de usarla para blanquear el legado de sangre, colándola en las instituciones, plan que ratificó el relevista sanchismo.
Sonríe el confiado de eternas cejas enarcadas, quien  con una mueca de terror se enfrentará al destino de una tumba; estoy seguro de que el cantamañanas de Satanás habrá de rendir cuentas sobre las sanguinarias mentiras que lo encumbraron contra todo pronóstico a La Moncloa. Como Sánchez, vaya.
Pero antes el momento crucial de plantar cara al desgobierno criminal, dispuesto a todo para dar continuidad a la destrucción de los avales constitucionales, mediante método de implosión e intervencionismo consumado que necesita otra legislatura para cumplir los secretísimos pactos de la traición histórica que representa el cum fraude.
A esta chusma de sumas oportunistas le favorece en demasía la ligereza y el relativismo moral de Feijóo, del mismo modo que Rajoy sirvió como tonto útil y vergonzoso, rindiendo en las garras de Sánchez el devenir que impuso el criminal gracias a la homicida despreocupación de quien dejó que le birlasen el honor, la dignidad y la decencia.
En mala hora se cargó la responsabilidad de finiquitar los cinco años criminales del sanchismo a un burdo, tibio, absurdo e incongruente Núñez Feijóo, quien desdeña las alianzas naturales y brinda pactos traicioneros con los mismos que aprovechan las debilidades del Partido Popular para intentar reeditar el miserable gobierno Frankenstein.
Quizá sea el mismo Feijóo y los escrúpulos contra la similar cuerda política de lo liberal, así debería ser, quien torpedee la oportunidad vital de derrotar al Diablo unificado de los únicos radicales que soliviantan la paz y la normalidad social.
Tal vez haya trapos sucios que esconder y que el PSOE ansía mostrar para no perder la multimillonaria sopa boba del saqueo de las arcas públicas. Pero aunque fuesen verdad  las miserias de Feijóo que dicen querer destapar en el momento crucial, ¿ cuál de los pecados, extensivos a la acción delictiva, no ha cometido el infame sátrapa del que se sospecha la alta traición y hasta el cariz genocida del protocolo de la plandemia que asesinó a nuestros padres, a decenas de miles de inocentes ocultando las verdaderas cifras, entre innúmeras sombras de sospecha?
A la hipócrita condición sectaria del sanchismo que todavía se vota, no le importa nada. Así son las miserias de los tramposos y sus babeantes argumentos para no perder el poder del que parasitan sin conciencia ni valor moral.
Veremos en qué queda la bomba afortunadamente sólo metafórica, que otro 11-M ni conviene y ya cantaría demasiado estando a punto de prescribir la impune matanza en los negros tiempos de Zapatero… incluso antes de acceder en trenes de cercanías al poder prostituido de España que ostenta todavía el aborrecido del «que te vote Txapote» y semejantes.
Ignacio Fernández Candela (ÑTV España)

Categorizado en:

Política,

Última Actualización: 13/06/2024

Etiquetado en: