El líder de la corrupción socialista contra el Estado de Derecho, que ha cancelado su agenda, se plantea dimitir tras la investigación judicial abierta por el juzgado de instrucción 41 de Madrid a su mujer, Begoña Gómez, por supuesto delito de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, da un nuevo golpe de efecto y se toma hasta el lunes 29 de abril, cuando ha anunciado una comparecencia ante los medios, para decidir si continúa o no al frente del Ejecutivo. Necesito parar y reflexionar. Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena pese al tango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor.
A pesar de la caricatura que la derecha y la ultraderecha política y mediática han tratado de hacer de mí, nunca he tenido apego al cargo. Sí lo tengo al deber, al compromiso político y al servicio público. Yo no paso por los cargos, hago valer la legitimidad de esas altas responsabilidades para transformar y hacer avanzar al país que quiero», dice el presidente en una carta dirigida a la ciudadanía y publicada en su cuenta de X (antes Twitter).
En la carta, extensa y cargada de referencias a su propia situación, el presidente señala a Alberto Núñez Feijóo (PP) y a Santiago Abascal (Vox), junto con «los intereses que los impulsan», como responsables de iniciar lo que él describe como «la maquinaria del fango», término acuñado por el pensador italiano Umberto Eco. Sánchez se presenta como víctima al denunciar que se intenta deshumanizar y deslegitimar al adversario político mediante denuncias escandalosas y falsas.
A falta de saber cuál es la verdadera intención de este victimismo culpando de caza de brujas a la «ultraderecha», cabe pensar que Pedro Sánchez no es sabedor de su verdadera imagen pública de tan honrado que se pinta, o finge no saber lo que representa cuando la Justicia imparcial asoma por la ventana de La Moncloa.
Sabiendo que el tahúr no da puntada sin hilo queda la pregunta en el aire de cuál es la verdadera intención de Pedro Sánchez en su permanente huida hacia adelante dejando España arrasada para encubrir sus fechorías. En breve, sabremos más de lo que se esconde tras esta inusitada y poco creíble reacción con apariencia de dignidad personal.
ÑTV España