El Supremo llama a declarar a Ábalos el 18 y el juez Peinado imputa a la asesora de Moncloa que daba servicio a la mujer de Sánchez.
Se cierra el círculo. Los escándalos judiciales cercan cada día más al todavía presidente, Pedro Sánchez. El Supremo ya ha llamado a declarar a Ábalos este 18 de febrero. Acudirá esta vez como imputado. Los indicios de criminalidad empiezan a despejarse. El juez ha pedido a la UCO un informe sobre la situación patrimonial del ex ministro y ex secretario de Organización del PSOE y de su hijo.
Además, Libertad Digital publica que Ábalos adjudicó 21 millones en 18 obras señaladas por Aldama. Y también sabemos que el juez ha mandado rastrear los mensajes entre Aldama con Angel Victor Torres y Santos Cerdán. ¿No se conocían de nada?
Por cierto que hoy El Mundo publica que en octubre de 2021 Aldama le exigió una reunión tras una bronca con Koldo. Es decir, los problemas de relación venían de lejos.
Más. El juez Peinado ha imputado a la asesora de Moncloa que trabajaba para los negocios privados de Begoña Góme, Cristina Alvarez. Una cosa es que Moncloa ponga personal de servicio a la mujer del presidente para sus responsabilidades protocolarias y otra que el personal de apoyo a los negocios privados de la mujer del presidente los paguemos los españoles. Por cierto, que Moncloa fuera su despacho profesional, ¿supone algún conflicto de intereses?
Quizás un conflicto similar al del ‘hermanísimo’ que también tenía un asesor en Moncloa a su servicio para sus actividades privadísimas. La juez también pone el foco…
Por si fuera poco, el ABC desvela hoy que el gobierno decidió modificar una ley en el BOE sin pasar por las Cortes. Se trataba de unas remuneraciones a los jueces. Lo ‘vendieron’ como corrección de errores cuando en realidad fue un olvido. Se suma a la mala praxis de informar en Consejo de Ministros de algo y luego llevar a BOE ese algo modificado en función de la reacción de la opinión pública. Los letrados de la Cámara sacan la tarjeta amarilla.
Y todo esto apunta a un gravísimo deterioro institucional, a una venezuelización de la democracia española y a un corruP$OE que ya no hay donde esconderlo.
Otrosi: la expresión de Abascal de “colgar por los pies” a Sánchez ha quedado archivada en Moncloa. ¿Dónde quedaría sino la libertad de expresión?.
Luis losada Pescador (Actuall.com)