O la cada vez mayor presencia del satanismo en nuestras sociedades, pues. Los últimos premios Grammy celebrados en Los Ángeles el domingo por la noche, ejemplo sin ir demasiado lejos. FARMAFIA Pfizer – ( l )zifer = luzifer – patrocinio.
La «tentadora» figura del diablo atrae a una gran parte de la inmoral peña: el demonio que se emancipa de Dios para llevar su vida como le plazca. «Haz lo que tú quieras será toda la Ley», Alister Crowley, claro. Thelema y el hexagrama unicursal.
65ª edición de los Grammy, indisimulado homenaje al Principe de las Tinieblas. Dizque música. Y «nuestra» satánica Rosalía, premiada. Mierda, sin más. Transexuales satánicos por todas partes. La «cultura» oficial, D.E.P. El culto elegetebeí, bad religion. Penoso.
Y luego dirán (Diario Púbico) que todo deviene denuncia de la gordofobia y la homofobia y la transfobia: Sam Smith (homosexual y muy obeso) y la cantante transexual Kim Petras (Mummy don’t know Daddy’s getting hot, At the Body Shop, doing something unholy), y su celebérrima actuación (mejor interpretación de un dúo/grupo pop). Smith, Petras y sus bailarines se disfrazaron de demonios, rodeándose de jaulas, látigos y fuego. El baile, el vestuario y las letras fueron inmoderada y sexualmente explícitos.
Cada vez más famosos, abiertamente satanistas
Hace pocas semanas, Madonna recobro algo de su perdida «fama» tras realizar una irreverente parodia de la Última Cena y la Virgen de los Dolores. Recordemos, también, que en marzo de 2021, el rapero estadunidense Lil Nas X anunció su lanzamiento de los Satan Shoes.
Por otra parte, el calzado Nike Air Max contiene una gota de sangre humana, un pentagrama y posee un zurcido que indica “Lucas 10:18 («Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo»)…
Luys Coleto (ÑYV España)