Puigdemont no teme la repetición electoral; casi la prefiere porque le permitiría engullirse a ERC.
El órdago maximalista de Puigdemont le está dando buenos réditos. Es seguro que no aceptará investir a Illa. Ni siquiera formando parte de un gobierno socio-vergente. O presidencia o nada.
Desde Moncloa tratan de contentarle con una tramitación rápida de la Ley de Amnistía. Pero para Puigdemont eso está descontado. Al igual que está descontada la prejudicial del Supremo y la congelación de la Ley.
¿Cabe la presidencia de Puigdemont? Cabe. Supondría la humillación de Illa. Pero al fin y al cabo, Illa es un filósofo con alma de subsecretario. O de enterrador. Sánchez no tendría escrúpulo alguno en sacrificarle en el altar de la gobernabilidad.
En caso contrario, Puigdemont afirma no temer la repetición electoral. Casi que la prefiere toda vez que Junqueras reconoce que para ERC una repetición electoral sería un suicidio. Incluso los de ERC ya empiezan a plantearse ir en la lista soberanista conjunta planteada por Puigdemont. Es decir, para Puigdemont es o ganar o ganar.
La pelota -pues- está en el tejado de ERC. Su debilidad mostrada es su punto flaco. Si acepta investir a Illa, el PSC le dará poco. Si se niega tendrá que aceptar la lista conjunta propuesta de Puigdemont, que tampoco les ofrecerá demasiado. En casa del pobre, todos son pulgas.
¿Y Sánchez? El cambiacolchones también está en un escenario de ganar o ganar. Si ERC se aviene a facilitar la investidura de su peón, genial. Consigue el gobierno de la Generalitat y el arrinconamiento de los secesionistas.
Él solito… Si no lo consigue, repite elecciones con el discurso de que no ha aceptado el chantaje separata y en una tendencia bajista del soberanista. Porque los catalanistas compran cada vez menos el relato quimérico y alocado del fugado. Normalidad y gestión. Eso es lo que quieren.
El PP podría mejorar su posición, pero es bastante irrelevante en este juego. Igual que Vox. Ambos pueden defender posiciones de sensatez en medio de la locura. Pero el tablero está movido y ellos están fuera.
Ciudadanos está definitivamente enterrado, lo que explica muy bien lo efímero de la humanidad en general y de la política en particular.
Luis Losada Pescador (ÑTV España)