Poco a poco, la ministra de Trabajo ha ido laminando el diálogo social y con sus maximalismos ha venido a expulsar a la patronal de las distintas negociaciones sectoriales.
Yolanda Díaz usa el diálogo social como burladero para adornar su talante y decorar sus ambiciones, pero no parece dispuesta a admitir los argumentos que contradicen sus prejuicios, aunque sean contundentes.
Ese empecinamiento ha recibido críticas hasta de la Organización Internacional del Trabajo, de tal forma que Díaz ha conseguido ‘internacionalizar’ su ‘modus operandi’, diametralmente opuesto al sentido común y a la utilidad del diálogo social, concebido para que ninguna parte resultara muy perjudicada y que tantos servicios ha prestado a la democracia. Paralelamente, y visto que era incapaz de entenderse con la CEOE, ha aupado a patronales de nuevo cuño, patrocinadas desde el entorno de La Moncloa.
El estilo Díaz es lo más parecido al ordeno y mando y ahora se va a ver en el recorte de la jornada laboral.
ABC